jueves, 7 de marzo de 2013

8 DE MARZO


Erwin Quintupill

¿Tenemos que adherir a todas las conmemoraciones y celebraciones que nos llegan por el hecho de estar bajo la condición legal de chilenos? Ya sabemos que no. No todos lo saben, claro. Sólo aquellos que hemos podido sobrevivir al proceso de chilenización a que nos ha obligado el Estado chileno. Aquellos dirán que nadie nos ha obligado; pero, respondo que nadie nos preguntó si queríamos estudiar en la escuela chilena tutelada por la Iglesia católica. Nuestros antiguos fueron llevados mayoritariamente sin consulta alguna. Fue una imposición, producto de la derrota ante el ejército chileno que invadió nuestro territorio, nos venció con armas poderosas y de pasó destruyó nuestra institucionalidad, nuestro modo de ver y de relacionarnos con el mundo.

En la actualidad a ninguna familia mapuche le preguntan si lo que le enseñan a sus hijos en la escuela chilena es lo que quiere para ellos. Probablemente, muchos ya no estén capacitados para argumentar en contra o a favor. Como dije en un artículo acerca del uso de los dibujos y diseños en la vestimenta tradicional, nos colonizaron no sólo el territorio y la institucionalidad, sino también el pensamiento. Hicieron añicos nuestro azmapu. Y si nos rebelamos, nos reprimen.

Sin embargo, el día internacional de la mujer es un hecho que no puede pasar desapercibido, aunque seamos machistas, pues debemos aceptar el desafío de evolucionar y ajustarnos a los nuevos tiempos; eso sí, de manera autónoma. No porque lo veamos en televisión, lo escuchemos en las radios y lo digan las autoridades chilenas elegidas “democráticamente”.

Oí la radio en la mañana del día 7. Allí decían que en la ciudad de Temuco habrá el próximo sábado 9 una cicletada. Ignoro si esa es la única actividad para conmemorar este día. De ser así, estaríamos en un acto de celebración y no de conmemoración.

Las celebraciones tiene que ver con festejos; la conmemoración con recordar (memorar) un acontecimiento entre más de dos. Y ¿qué se conmemora el 8 de marzo? Si buscamos la información, encontramos datos algo confusos. Cito entonces:

“Una de las versiones sobre este tema cuenta que el 8 de marzo de 1857 en Nueva York las mujeres de una fábrica (cuyo nombre también varía según la fuente) protestaron por la mejora de sus condiciones laborales, tras lo cual el empresario dueño de la fábrica las encerró y prendió fuego a la fábrica muriendo 129 mujeres. El mito continúa afirmando que en conmemoración de este suceso surgió más adelante el Día Internacional de la Mujer, pero en realidad no existe ningún documento fiable que corrobore esta versión. Otra teoría que circula es que dicho incendio ocurrió el 8 de marzo de 1908, teoría que se viene abajo en cuanto se descubre en el calendario de ese año que el día 8 de ese mes era domingo, día en el que difícilmente se origina una huelga, además de que tampoco hay ningún dato que sustente este hecho. Por último también se escucha que el origen pudo ser una manifestación del sector textil que se produjo en esta época también en Nueva York, pero nuevamente nos encontramos con que la afirmación no parece basarse en ningún dato serio.

Lo que encontramos aucndo acudimos a investigaciones serias sobre este tema es que en Copenhague donde, en 1910, en la celebración de la II Conferencia Internacional de Mujeres Socialistas, se aprobó por unanimidad el establecimiento del Día Internacional de la Mujer Trabajadora como método de lucha por la causa de la mujer. Esto fue gracias a la propuesta hecha por una mujer socialista y alemana, Clara Zetkin.

Con respecto al incendio anteriormente mencionado: sí ocurrió, pero no en 1857, ni en 1908, sino el 25 de marzo de 1911, pocos días después del primer encuentro internacional y en la fábrica “Triangle Shirtwaist Company” de Nueva York, donde murieron más de un centenar de trabajadoras. La relevancia que se le otorga es debida a que se hizo referencia a él en muchos de los encuentros anuales posteriores, pero no fue el origen del Día Internacional de la Mujer. Del mismo modo se sabe que sí ocurrió una manifestación del sector textil, pero el 27 de septiembre de 1909, y la huelga se prolongó durante 13 semanas (hasta el 15 de febrero de 1910), pero tampoco tuvo parte en la instauración de la celebración del 8 de marzo.”

Resalta el mismo artículo citado:

“Fue el 8 de marzo de 1917 en Rusia donde, como consecuencia de la escasez de alimentos, las mujeres se amotinaron. Este importante acontecimiento marcó el comienzo de la Revolución Rusa, que derivó en la caída del Zar y en el establecimiento de un gobierno provisional que por primera vez concedió a la mujer el Derecho a Voto. Por la relevancia de este suceso, y sobre todo porque fueron las mujeres quienes lo llevaron a cabo parece ser que se situó definitivamente en el día 8 de marzo del calendario gregoriano el Día Internacional de la Mujer Trabajadora.”



Consultadas otras páginas, dicen más o menos lo mismo. Entonces, si vamos a conmemorar, ¿cómo hacerlo? Propongo que sea a través de la conversación sobre las condiciones de desigualdad en que viven las mujeres actualmente. Por nombrar, sólo algunas:

-         La mujer que trabaja fuera de la casa, regresa a ella para seguir trabajando; los hombres, mayoritariamente no hacemos eso.
-         Muchas mujeres viven bajo la tutela masculina y deben solicitar autorización a su pareja, cuestión que a nosotros no se nos pasa por la cabeza.
-         Los hombres, ya en nuestro primer pololeo estamos condicionando a nuestras mujeres acerca de qué puede o no puede hacer. Es un fenómeno mayoritario.
-         Las mujeres logran sueldos más bajos que nosotros, de acuerdo a datos oficiales. Lo mismo ocurre con las pensiones.
-         Nuestras mujeres – las mapuche – viven la doble discriminación.
-         Y un largo etcétera.



Si los mapuche nos vamos a sumar, hagámoslo a través de nuestras figuras emblemáticas, las de antes y las de ahora. Por eso, se me viene a la memoria nuestra machi Millaray Huenchulaf, prisionera del Estado chileno. La primera machi –en nuestros tiempos – que es llevada a prisión acusada de manera falsa, creo, por estar liderando la recuperación legal de un espacio sagrado que nunca dejó de pertenecer a la comunidad que representa. ¿Qué hay más allá de esa detención? Los intereses de empresarios privados por instalar en esa región un proyecto energético que dañará el espacio sagrado que la machi pretende no sea tocado. Detrás de todo eso está el interés común dirá el Estado y que paradójicamente nos excluye.

A esta mujer y a muchas otras como ellas son las que debemos llevar en nuestro pensamiento, no sólo en este día, sino todo el tiempo que tengamos.


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