lunes, 10 de diciembre de 2012

¿Por qué necesitamos educación intercultural?



Daniela Millaleo Montano
Antecedentes
“Se incendiaban las rucas, se mataban y capturaban mujeres y niños
Se arreaban con los animales y se quemaban las sementeras.
Estamos ante una de las páginas más negras de la historia de Chile”
(José Bengoa, Historia del pueblo mapuche, siglo XIX - XX)

Estas no son las páginas negras que se enseñan en las escuelas sobre la historia de Chile, pero es una más, de las historias de masacre que enlutan las páginas orales de la historia mapuche. La cual se cuenta en la lengua de los pómulos pronunciados, de algún anciano moreno que relata epew[1] a la silenciosa  luz de un fogón en una comunidad mapuche. Son las heridas de la historia que cuenta que nunca fuimos los ganadores de las batallas contra occidente, y es más, son los retazos de las cicatrices de un pueblo asesinado por el progreso y la civilización.

Ningún historiador podría ni podrá describir tanto horror y dolor que los antiguos mapuche sufrieron durante el gran genocidio de la Araucanía (o como lo menciona la historia chilena, la pacificación de la Araucanía). Tampoco ningún sociólogo o antropólogo entenderá las fuerzas que nos llaman a seguir luchando, después de más de 500 años. Luchas con los españoles, con los criollos y ahora con el estado chileno. Antes mano de obra, después un estorbo a los intereses económicos de la época y actualmente la persecución continúa, mediante leyes impuestas en contra de nuestra cultura y nuestra resistencia. Resistencia que continua a pesar del paso de los siglos a perdernos como cultura y a perder la tierra que nos da fuerza para seguir la lucha día a día.

Nosotros los mapuche del siglo XXI, los nietos de aquellos abuelos que en los 60 migraron hacia Santiago, para salir del empobrecimiento que dejo años de usurpación a los territorios mapuche, y los hijos de estos mapuche que asentándose en las poblaciones de las periferias santiaguinas, fueron víctimas en conjunto con el poblador chileno de los asesinatos  y torturas de la dictadura militar a mediados de los años 70´ y durante todos los 80´. Somos nosotros los cuales cargamos cicatrices que no pueden ser curadas con pastillas de integración social.

La mayoría de nosotros, somos los primeros que tenemos estudios universitarios y nos atrevemos, aquí en la ciudad o en la diáspora como muchos de nosotros la llamamos, por no ser nuestro lugar de procedencia original y cultural, donde nos hemos establecido dentro de comunidades locales, y que a diario nos formamos identitariamente como mapuche, lidiando con el occidentalismo, con el capitalismo y otros males de las sociedades de consumo. Warriache[2] nos llaman, y con orgullo nos atrevemos a escribir de nosotros y de nuestro pueblo, de nuestras luchas, de la pobreza que existe en el sur, y que nuestro pueblo tan querido, que se niega a desaparecer, es por esto y mucho más que ahora nos expresamos a esbozar con gran anhelo que necesitamos educación intercultural.

¿Por qué necesitamos educación intercultural?

Durante mucho tiempo en el congreso se habló sobre una ley la cual consiste básicamente, en respetar las diferencias propias de cada ser humano y en penalizar a aquellos que no toleran estas diversidades. La primera vez que pensé en la posibilidad de la aprobación de esta ley que favorece a los derechos humanos, surgió la siguiente pregunta: ¿Por qué las autoridades de este país se cuestionan el penalizar hechos de violencia en contra de las diversidades existentes? La respuesta de inmediato surgió en mi mente. Todos somos diferentes, algunos diversas orientaciones sexuales, otros con diferentes apariencias, religión, política, etc. Y así una infinidad de manifestaciones culturales diferentes unas a otras.  El aceptar que existen diversidades, debiese ser  visto cómo algo positivo a las relaciones sociales de cada pueblo al enriquecer los acercamientos culturales entre sí.  Sin embargo a esta sociedad claramente le molesta las diferencias, al borde de llegar a matar gente que piensa diferente o es diferente.

Hace unos pocos meses repudiamos el accionar de un grupo de neo nazi, que torturaron salvajemente y asesinaron a un joven homosexual. El llamado caso Daniel Zamudio  fue el culmine de la ley anti discriminación que sacó a la mesa  los diálogos éticos sobre la tolerancia y respeto hacia las diversidades. Dialogo que otros países ya tuvieron hace muchos años atrás, dando un paso a la tolerancia de las diferencias individuales, dejando a todos los individuos en igualdad de acción sin ser discriminado ni cuestionados por este accionar.

El problema del otro:

El problema de la “otredad”[3] lo menciona claramente Claudia Zapata cuando se refiere a la concepción de Said sobre este término: “El llamado de Said es a entender la otredad no en relación con las culturas no occidentales sino como un producto de Occidente mismo: “…ver a los Otros no como algo dado ontológicamente, sino como históricamente constituidos” (Said, 1996c:58). El “otro”, sigue siendo para este país un gran problema  y su expresión más negativa que derivan a las enfermedades, propias de la actualidad tal cómo la homofobia y la xenofobia.

En el caso mapuche la “otredad”, aun imperante en las sociedades con presencia indígena, sigue involucrando a la disminución cultural de aquellos pueblos preexistentes a las colonias españolas. Y es ésta problemática que de cierto modo trata de abordar la nueva ley anti discriminación, sin embargo y como ha pasado durante hace mas de 500 años, seguimos siendo los “indios de América” invisibilizados de todas las discusiones sobre las mejoras de las condiciones culturales, económicas y sociales.

Aun el mal gobierno emplea mecanismo homogeneizadores dentro de una sociedad en el cual nuestra cosmovisión no tiene cabida, donde nuestra lengua es una forma primitiva de hablar y se nos impone otra como la adecuada. Se nos obliga a olvidar nuestra educación y se nos impone otra, con su propia historia, héroes y quehaceres. Mediante y especialmente es esta última, la forma más poderosa de genocidio cultural, la educación oficial chilena.

Historia y contextualización:

 “esta es la historia acerca de la intolerancia, acerca de una sociedad que no soporta la existencia de gente diferente. De un país español, criollo, europeo, cristiano occidental, que se dice civilizado y trata de acabar con los bárbaros, los salvajes, los hombres que deambulaba libremente por las pampas y cordilleras del sur del continente. Ellos se defendieron del salvajismo civilizado; hicieron lo que pudieron, vivieron como mejor supieron, pelearon hasta el cansancio, y terminaron por morir y ser vencidos por el progreso” (Bengoa, 1985: 5).

 A todos nos enseñan en las escuelas las intenciones que tenían los españoles al desembarcar a las tierras Americanas. Nos hablan del progreso de occidente, de barbarie y civilización, de intereses económicos y los más radicales nos hablan de la espada y la cruz. Cómo los españoles sometieron a las civilizaciones de América, imponiendo una cultura diferente y homogenizando a los pensares elevados de aquellas culturas. Que éramos primitivos y salvajes y necesitábamos educación para ser más que solo “indios”.

Es esta historia, la cual se está enseñando por estos días,  se presenta desde la emancipación de estos estados criollos y su formación como estados nacionales y nos preguntamos  ¿Qué es lo que ocurrió con  indígenas que resistieron a los ataques del colonizador y posteriormente a los que pretendían conformar estados nacionales? Lo mismo que ocurrió con los españoles invasores, pasó con criollos  chilenos que siguieron el exterminio con el eufemismo de la “pacificación de la Araucanía”[4], la cual, fue una escusa perfecta para llevar los ideales progresistas de los intelectuales europeos de la época de la ilustración y de las ideologías liberales de occidente a la barbarie local de este frio sur del mundo, a costo del genocidio de una infinidad de vidas de culturas en resistencia[5], no tan solo en el caso mapuche, sino con una infinidad de pueblos en toda la Latinoamérica colonizada.  

Si antes eran los españoles ahora son los chilenos, que tratarían de terminar con la barbarie, mediante diversas formas; una fue la muerte de aquellos que iban encontrar a la expansión de territorio y por otro lado, fue la educación mediada por la iglesia, que asumía su tarea civilizatoria imponiendo otra religión para mitigar las otras creencias “primitivas” de estos pueblos. Es decir nos homogenizaron para absorber nuestras creencias, transformándonos en todos iguales y transformarnos en chilenos.

“con el advertimiento de la República los mapuche dejaron de ser vistos como un pueblo o nación y comienzan a ser tratados como chilenos (o si se quiere ciudadanos, aunque con una ciudadanía limitada)” (Foerster; 2)

¿En la actualidad será la educación una forma actual de pacificación de la Araucanía?

Siguiendo con la historia. Estos criollos que  se formaron en Europa y tomaron ideologías occidentales, las cuales implementaron en las escuelas para lograr y así, continuar con la idea de progreso que tanto motivó al invasor europeo y en donde la identidad propia de los pueblos indígenas no tenía cabida en estas nuevas naciones, que se establecían como un nuevo espejo de occidente.  En consecuencia los pueblos precolombinos en resistencia son masacrados y homogenizados dentro de estas aulas del saber europeo y con esto opacar las propias culturas maternas indígenas .Así como lo hicieron los españoles construyendo iglesias sobre los sitios ceremoniales en América. “esta época se caracterizó por la dominación, el sometimiento y la opresión, propio de la situación de la colonialidad con la consiguiente patriarcalizacíon de las instituciones sociales, culturales y otras que derivaron en las prácticas denigrantes de racismo y discriminación entre otras” (Quenta.2010.1).

Siguiendo estos parámetros, en la actualidad es la educación la que sigue repitiendo estas formas y sigue moldeando al niño dentro de un determinado tipo de paradigma, el cual es muy diferente al paradigma indígena. En el caso local, la educación chilena es representada de la siguiente forma por Sergio Curihuentro, citando a Ricardo Hevia:

“En el desarrollo de los temas éticos no se considera explícitamente el ejercicio del pluralismo en relación a los pueblos originarios, como tampoco se alude a los derechos colectivos de estos pueblos al plantear el tema de los derechos humanos. Al abordar el desarrollo de la autoestima, los OFT se refieren a ella en términos individuales y no en cuanto a pertenecer o no a una etnia en particular” (Hevia en CNCA, 2005:104)

Queda demostrado, entonces, que a pesar de que en la actualidad la educación chilena se plantea como diversa y multicultural en la teoría, en la práctica no es así, puesto que se resume en traducir el himno nacional al mapudungun que necesariamente no es respetar la multiculturalidad, “la cual nos habla de la coexistencia o la convivencia entre culturas diferentes, o entre sujetos que pertenecen a diversas culturas”. (Schmelkes, 2011, pp.26) y es más, reproduce la acción homogeneizadora de las escuelas nacionalistas.

Entre otras la problemáticas de la escuela en el caso de la interculturalidad, la cualestudia las relaciones entre los miembros de las diferentes culturas.” (ibid)  es una problemática de estado que deriva al comportamiento social, ya que el omitir las creencias de cada pueblo, el imponer una idea entre otras, es un acto de discriminación, de violencia en derecho humano. Es un tema (aunque silencioso), una forma de genocidio cultural a estos pueblos aun preexistente y en resistencia.

Del multiculturalismo estatal al interculturalismo indígena

El problema del estado es el  siguiente:

“El reconocimiento de la multiculturalidad como característica definitoria de una nación conlleva importantes consecuencias para el gobierno y la sociedad en general, y para la educación en particular. Es el sistema educativo el que está llamando a asegurar la permanencia de esta característica multicultural de nuestros países, trabajando para fortalecer las lenguas y las culturas que definen dicha diversidad. (Schmelkes.2008:24)”

Pero esta diversidad está lejos de la diversidad de los pueblos indígenas. En estos días la multiculturalidad se resume en hablar de los pueblos originarios como folkloreo simplemente enseñar en los ramos de historia los mapuche o aymara como pueblos extintos de una historia primitiva de Chile.

Pero es otra cosa a lo que apelamos como pueblos indígenas. Es hacer una educación intercultural como un dialogo reciproco entre diferentes paradigmas.

La misma autora anteriormente citada hace la siguiente salvedad sobre la concepción de interculturalismo:

El interculturalismo (soriano, 2004) rechaza el racismo y la discriminación. Plantea la diversidad como una riqueza. Establece el respeto al otro como necesario para la identidad personal y grupal. Reconoce el valor de cada persona por el hecho de ser persona y de cada cultura por el hecho de ser cultura. Parte del derecho de cada persona y de cada cultura de de ser lo que es y de crecer desde ahí. (Schmelkes.2008:27).

Interculturalidad como derecho humano

¿Por qué no podemos exigir, nosotros, los pueblos indígenas, que dentro de la educación tradicional  se enseñe nuestra lengua materna en vez de que se  nos siga exigiendo hablar lenguas extranjeras en el marco de un mundo globalizado que educa sujetos en post de aprender para el funcionamiento de procesos económicos capitalistas?, ¿Debemos seguir permitiendo que se nos imponga una historia, una lengua o una religión que no es la propia a la cultura?, ¿Debemos seguir permitiendo al estado que nos imponga una educación que va en contra de nuestros derechos humanos, teniendo en cuenta que todo ser humano tiene derecho tener su propia cultura?

Son estos los cuestionamientos que surgen desde lo más profundo de los corazones de quienes nos sentimos parte de un pueblo originario americano. Donde muchos niños, en lo particular mapuche, aun nacen hablando la lengua materna  (mapudungun) y creciendo a la orilla de un fogón, donde posteriormente son arrancados de la educación tradicional obligados por el mal gobierno y llevados a los centros educacionales normalistas, donde se les impone otro paradigma. El choque interno de un niño al encontrarse con otra cultura sobre pasa toda investigación científica sobre educación o aprendizaje. Por una parte se les obliga a aprender bajo cánones occidentales, donde el sujeto indígena esta invisibilizado totalmente.

Esta educación estatal te impone otro lenguaje, otra historia, un desconocimiento de los apellidos propios, una forma de ver al mundo y es imperante la concepción del método científico para la explicación de los procesos de la naturaleza, donde la experiencia del sujeto indígena no es válida. Por ejemplo; se explican procesos mediantes teorías sobre las dinámicas y trasformaciones del clima, mientras al indio solo le basta sentarse en el campo o a la orilla de un rio a escuchar el lenguaje del viento, para poder entender el ciclo de las cosecha, si lloverá mañana o si viene un temblor de la tierra. Claramente nuestros procesos de entendimiento no se manifiestan dentro de un libro de ciencias naturales.

Pero así vivimos, entre dos ríos dicen los que hablan kechua, lamentablemente en un “yawar mayu” en un rio donde corre sangre[6]. Se nos enseñan que lo viejo se debe eliminar cuando nuestro culto es hacia los ancestros, se respeta a los muertos que se vuelven estrellas y a los ancianos. Se nos enseñan a ser individualistas y ¿qué pasa con nuestras comunidades a ayllus o lof? Nos enseñan a ver a la tierra como medio económico donde podemos explotar recursos naturales a diestra y siniestra. Cuando nosotros vemos a la tierra como nuestra madre.

¿Bastarían más ejemplos para poder explicar que la educación actual forma parte de la principal forma de genocidio cultural? La educación actual, sobre-pasa y va en contra de todo derecho humano a los pueblos indígenas actuales.

Necesitamos educación intercultural, en la actualidad es importante escuchar la voz de aquellos que han callado durante décadas, además porque necesitamos reconocernos como tales y no podemos seguir permitiendo que en la escuela los niños se burlen de un niño con apellido indígena.

La necesidad de la educación intercultural para las diversidades culturales traería todo un cambio en el paradigma de la sociedad en su forma de pensar. Creemos, cómo indígena que disminuirían considerablemente los rasgos racistas y xenofóbicos de esta sociedad. Porque la educación intercultural enseñaría lo negativo del racismo hacia nuestras culturas mediante el conocimiento de la cosmovisión y el porqué el mapuche se resiste a perder su tierra ancestral.

Porque se entendería nuestro lenguaje, nuestras creencias, nuestras historias, nuestras enseñanzas y la forma de entender el mundo. Porque la educación intercultural es un derecho humano que exigimos como pueblo, porque con una educación intercultural seguiríamos vivos como pueblo en resistencia, y sin ella seguimos reproduciendo el genocidio de los pueblos originarios y con eso, nuestra vía hacia la extinción.


Fuentes
·         Antileo, Enrique. 2011. Diáspora mapuche y multiculturalismo en Santiago. En: Revista Kutral, n°2. Escuela de Sociología, Universidad de Viña del Mar.
·         Claudia Zapata Silva. Edward Said y la otredad cultural. 14.01.2008. Aprobado: 29.07.2008.
·         CNCA (2005). Diversidad Cultural: el valor de la diferencia, Lom Ediciones, Consejo Nacional de la Cultura y las Artes, Santiago.
·         José Bengoa, historia del pueblo mapuche (siglo XIX- XX) ediciones sur colección estudios históricos, agosto 1985, Santiago, Chile.
·         Rolf Foerster G. sociedad mapuche y sociedad chilena la deuda histórica. Proyecto Fondecyt Nº 1000024.
·         Santiago Quenta .representante de Viceministerio de Descolonización. La Paz – Bolivia. La descolonización: un camino hacia un estado plurinacional. Seminario Taller “ Estrategias para una educación superior descolonizadora intra e intercultural”. Cochabamba, 18 y 19 de noviembre 2010. Mónica Navarro (Editora)
·         Sylvia Schmelkes. Multiculturalismo, educación intercultural y universidades. Universidad iberoamericana. 2008, México.




[1] Epew:  Cuentos históricos sobre el pueblo mapuche
[2] Warriache : gente de ciudad
[3] A esto habría que agregar que todas las culturas son etnocéntricas y construyen sus otros, por lo tanto, no es una innovación de Occidente.
 El factor determinante es, entonces, el prestigio
y la fuerza política de Occidente luego de los procesos coloniales. (Zapata. 2008:10. Pie de página). La otredad o el otro se manifiestan bajos los cánones occidentales en la actual sociedad.
[4] En Argentina paralelamente se desarrollaba el peor exterminio de su historia, la campaña del desierto a mando del genocida general Roca es quizás una de las mayores matanzas en contra del pueblo mapuche en el lado del Puelmapu (lado argentino del territorio mapuche).
[5] En este caso prefiero llamar “culturas en resistencia” a lo que el formalismo estatal e intelectual occidental llama como, indígenas, indios, culturas originarias etc. A nosotros que tenemos el derecho de autodefinirnos. Aunque es  preferible llamarnos como siempre nos hemos denominado como pueblos ya sea mapuche, aymara, selknan etc. Sin embargo tomo esta denominación para hegemonizar de cierto modo a estos pueblos en su totalidad.
[6] Traducción al quechua.

martes, 4 de diciembre de 2012

Cómo la devastación ambiental afecta la medicina mapuche: Testimonio de la Lawentuchefe Marta Nahuelpán


El siguiente es el testimonio de Marta Nahuelpan, de Mehuin.

Se trata de una entrevista realizada por la Revista Marejada (www.marejadadequeule.cl) de los pescadores y buzos de esa localidad que organizadamente resisten a los efectos contaminantes de grandes empresas, y en el último tiempo a los intentos del gobierno por imponer la Ley de Pesca.

La presencia mapuche es significativa por esos lados y particularmente en la organización de pescadores y buzos de Queule.

Por lo didáctica e interesante, incluyo este gvxam con Marta Nahuelpan, que pareciera haber surgido de Saltapura, aunque nosotros estamos muy lejos de esa localidad. En fin, es que el mundo mapuche es uno solo, aunque geográficamente disperso después de la invasión del estado chileno.

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Cómo la devastación ambiental afecta la medicina mapuche: Testimonio de la Lawentuchefe Marta Nahuelpán

A propósito del regreso del peligro de la instalación del ducto de CELCO en la costa valdiviana es necesario recordar los efectos, en diversos ámbitos, que dichos mega-emprendimientos acarrean sobre el territorio y su gente.

Sostuvimos nuevamente una conversación con Marta Nahuelpán, lawentuchefe de Villa Nahuel (Mehuín, comuna de Mariquina), conocida nuestra pues hace algunas semanas había sido entrevistada por los niños y niñas del taller de periodismo que revista Marejada realiza en Queule.



En la charla, Marta Nahuelpán nos indica que la cosmovisión -la manera de entender y situarse en el mundo- por parte del Mapuche es integral puesto que, a través de ella, se evidencia la existencia de una conexión indisoluble entre las relaciones que establecen el ser humano, la naturaleza y lo sobrenatural, existiendo un conjunto de normas especifico, llamadas Nor, que establecen pautas que regulan la forma en que deben relacionarse los individuos con el medio ambiente.

A partir de esta cosmovisión se configura el sistema médico mapuche, de manera que no se basa, solamente, en el conocimiento que se tiene de las plantas medicinales sino también en la relación que tiene el ser humano con la naturaleza, estableciéndose el respeto y la reciprocidad para con ella como uno de los elementos centrales para evitar la aparición de enfermedades causadas por esta transgresión.



Es así que existen una serie de normas que deben cumplirse al momento de extraer una planta medicinal, como señala Marta Nahuelpán:

“El estero tiene un dueño, el campo tiene un dueño, todo tiene un dueño, por eso para sacar las plantas de un espacio se pide permiso para no enfermar, para dar las gracias, para que las personas se mejoren. Si yo voy, subo al cerro y corto un laurel sin pedir autorización, yo me puedo enfermar porque yo hice un daño. Le haces daño al dueño del campo y al árbol porque son cosas vivas, entonces ahí puede venir una enfermedad que los médicos occidentales no la van a conocer porque es una enfermedad que tiene que ver con la tierra”.

Asimismo, hay otras reglas orientadas a preservar el medio ecológico que circunda al mapuche, de modo que es obligación del que recolecte, dejar lo suficiente para que siga reproduciéndose.



Ya que la reciprocidad cruza toda la vida y el ordenamiento del mundo mapuche, esta también debe expresarse en el momento de la recolección. .. “(…) puesto que la planta va entregar sus poderes terapéuticos, se debe retribuir con algo a su dueño. Puede ser una moneda, lanas de colores, un pedazo de tejido, etc”, como indica Luca Citarella en su libro “Medicina y Culturas De La Araucanía”.

La intervención humana y sus efectos

La medicina mapuche utiliza como elemento central para combatir enfermedades una amplia variedad de hierbas medicinales o Lawen,  que tienen distintos usos de acuerdo al desequilibrio que se quiere tratar.  Como indica Marta Nahuelpán:

 “La naturaleza para nosotros es todo, los árboles, las aguas, la tierra, todo, ahí están todas las medicinas. Aquí en el cerro, aquí donde nosotros vivimos, la Villa Nahuel, está la mayoría de las hierbas que utilizamos para el empacho, para el sobreparto, riñones, pulmones, hígado, está casi la mayoría, la Sanguinaria, la Murtilla, el Notro, el Arrayán, el Chilco, el Ulmo y el Radal que se ocupa no sólo para una enfermedad sino para distintas enfermedades”.



La fuerte intervención que se ha producido dentro de estos espacios desde donde tradicionalmente los especialistas Mapuche han extraído plantas medicinales ha generado una clara disminución de estas, hecho que Marta ha podido observar en Villa Nahuel y que para ella se origina claramente con la irrupción de las forestales y sus plantaciones de especies introducidas como el eucaliptus y pino:

“Hay muchas plantas que se están perdiendo con esta cuestión de las plantaciones, llega la gente de las forestales, la Tornagaleón, la Pedro de Valdivia, todas esas que pertenecen a Celulosa Arauco, te dan todo lo que es alambre, abono y todo, nada más que uno pasa el terreno. Con estas poquitas plantaciones de pinos que hay, ya se está perdiendo todo (…) debajo de un pino no crece nada, se termina todo. Además el eucaliptus chupa mucha agua, seca los esteros y las napas”.

Resultado de lo anterior es que hoy se encuentran en franca disminución una serie de especies medicinales como el Ulmo, Olivillo, Laurel, Arrayán y Canelo (arbol sagrado mapuche).

Otro factor que podría poner en peligro la preservación de la flora medicinal nativa, es la solicitud de CELCO para intervenir y modificar el curso del Estero El Tordo en el sector de Puente Negro. Esto, según la lawentuchefe, traería graves repercusiones para la salud de los habitantes de Villa Nahuel y la población de los sectores aledaños que suelen visitarla, puesto que de él se extraen hierbas fundamentales para la solución de una serie de enfermedades y que solo se encuentran en ese lugar. Dice:

“En la orilla del estero Los Tordos hay Murta, Arrayán, Chilco, hay remedio para el empacho, uno que sale dentro del agua, que es como el Berro (…) hay muchos remedios que yo no les sé el nombre, pero sé para que sirven. Además sacamos el agua, con el agua hacemos todo lo que es medicina. Hay aguas que no se hierven, que son aguas natural, que llevan 2 pastitos, tres pastitos, eso es para el empacho (…) toda la vida hemos ocupado agua del estero, hasta el barro que está ahí se ocupa” no pa remedio pero si para teñir la lana”.

Finalmente, Marta dice que esto significaría un daño para la cultura y para todos los niveles que la componen pues implicaría una pérdida de conocimientos y un desequilibrio en todos los niveles del individuo:
“Si eso se remueve, se cambia el cauce, ya no va a haber lo mismo (…) Si estas plantas se van acabando sería todo malo, para la salud, para lo cultural, espiritual, material, para todo… Porque nosotros somos de tierra, nacemos de ella y la tierra es parte de uno, si ella enferma, nosotros nos enfermamos (…) de donde vamos a sacar… si se termina eso a donde vamos a sacar… nos vamos a enfermar de todo, del cuerpo y del espíritu”.



Todo lo anterior debiera tenerse presente ahora que CELCO, nuevamente, ha comenzado a merodear diversas zonas de la costa valdiviana, comprando predios e interviniendo en comunidades mapuche para concretar su ducto contaminante, mientras se ocupa de gestionar su certificación, consultora mediante.
Entretanto, pende sobre la zona el fallo del Consejo de Ministros sobre la viabilidad final del proyecto, así como la sentencia del juzgado civil de Valdivia sobre la indemnización que la Celulosa deberá pagar a la comunidad por la contaminación del río Cruces en 2004.

Todo muy actual.
 Daniela Jofré y Jorge Pereira  

Fuente: http://www.marejadadequeule.cl/?p=984

7º MINGAKO (INVITACIÓN)


Hola a todos/as

Con la idea de construir un programa de actividades para el 7º Mingako Kultural en Saltapura, les escribo para solicitar ideas o mejor dicho temas que quisieran se desarrollen… en caso de que asistan como público o colaboradores

Como ustedes se habrán dado cuenta, la actividad se ha ido tornando cada día más familiar… es así como parte de mi familia se prepara para estar en febrero… me refiero a los que están en la ciudad…

Algunas ideas planteadas hasta ahora…

-          un taller de telar avanzado y/o para iniciados… el avanzado sería para personas que saben urdir y sólo quieran aprender a dibujar… durante el Mingako podrían aprender una o dos figuras
-          un taller sobre contingencia y sus antecedentes históricos… esta idea viene de gente que se entera por los medios de comunicación acerca de los muchos casos que se ventilan allí… y dicen no saber qué es lo que pasa realmente… yo lo entiendo del siguiente modo: hay muchos de nosotros que nacieron y se criaron en la ciudad y por motivos que no vienen al caso, se desarrollaron algo desconectados de la realidad mapuche… además, los padres consciente o inconscientemente han tratado de chilenizarlos… de por ahí les viene ese estado de incertidumbre… en resumen, creo se trata de personas que desean estar en posesión de una opinión clara respecto a la historia y la realidad actual… por otra parte, en el campo también hay personas que no entienden “tanto alboroto” ya que las únicas noticias les llegan a través de la radio y la tv
-          un acto artístico-cultural, al igual que ha ocurrido en años anteriores, para poder conocer en lo que están algunos artistas mapuche y no mapuche que simpatizan con nuestras expresiones
-           un taller de danza mapuche

Puede que surjan otras ideas realizables, siempre en el contexto de un mingako, o sea, autogestionado por todos los asistentes… ya saben, desplazamiento, comida… por eso les escribo, solicitándoselas… incluso pueden ser temas ya tratados; pero, ahora desde una nueva perspectiva… o no?

También puedes ofertar una participación… concreta y realizable

Esperanzado en generar junto a ustedes esta 7ª versión, les abraza deseándoles buenos sueños…

Erwin Quintupill

Para quienes nunca han estado en el Mingako, encontrarán información en este mismo blog (ver etiquetas)… También pueden ir a http://trawunsaltapura.blogia.com

Para quienes nada saben… un mingako es un trabajo a realizar, para lo cual el interesado principal invita a conocidos (vecinos, familiares y amigos) para que le colaboren… Cada participante aporta lo suyo (recursos y  trabajo)… El convocante asume el compromiso de “devolver la mano” cuando alguien se lo pida… Es el principio de reciprocidad… obviamente, atiende a quienes lleguen a colaborarle

Alguien dirá ¿Por qué no busca ayuda en los fondos concursables, en el municipio, etc.) Mi respuesta es simple: el mingako kultural no pretende ser una actividad de concurrencia masiva, sino un espacio de aprendizajes y convivencia en el contexto de una familia, en un lof cualquiera… Lo fundamental no es realizar actividades costosas, sino efectivas al momento de compartir experiencias…

De las actividades que me han planteado, la que más me gustaría realizar es el taller de contingencia y su contexto histórico… No se requiere una enorme infraestructura, ya que si el tiempo lo permite, puede realizarse bajo los manzanos, en el patio de la casa, en la sede comunitaria o en otro sitio… a lo más se puede necesitar un proyector y electricidad

Pero, como la idea es devolver durante la misma jornada la generosidad de quienes concurran es que se pueden realizar algunos talleres como el de telar o el de danza… Alguna vez conversamos –en Saltapura- que también podría hacerse un taller de hierbas medicinales o  de tinturación de lanas…

Yo tengo una idea particular, orientada principalmente a la gente de Saltapura que vive fuera de acá… Realizar un recorrido por el territorio del lof y sus alrededores para conocer los sitios que se mencionan en los relatos históricos… De ese modo conocerían algo del Saltapura actual y algo de su historia… Una caminata de un día o a lo mejor dos.

De nuevo, gracias.

Recuerden que mi mail es quintupillerwin@gmail.com

lunes, 12 de noviembre de 2012

YO ESTUDIANTE 2

Mi primera escuela formal

Estaba en Saltapura y pertenecía a Nolberto Licanleo, integrante de nuestro amplio grupo familiar. Él mismo era quien ejercía la dirección y las clases. Había estudiado en la Escuela Normal de Victoria, según algunas veces nos contó. Se trataba de una sala, que contaba con paredes de madera tinglada, sin forro ni cielo raso, tejado de tejas canoadas, piso de madera levantado sobre gruesos pilares de pellín. Ese espacio era toda la escuela, a la que asistíamos los niños y niñas del lugar. Durante ese año, recuerdo que hubo un par de estudiantes de origen chileno. Provenían de familias que habían sido instaladas en las inmediaciones de nuestro Saltapura por el Estado chileno; es decir, eran/son colonos; pero, de los pobres. Afortunadamente, no hay fundo alguno cerca de nosotros.

Sin embargo, la educación que se nos entregaba era la misma que la que se daba en las demás escuelas del país chileno. No había ninguna actividad relacionada con nuestro origen, nuestra realidad ni nuestras posibilidades de desarrollarnos con identidad. La escuela era ¿entonces? un lugar de desarraigo en que se enseñaba la chilenidad; en que se ensalzaba el patriotismo de los padres de la Patria chilena, haciéndosenos creer que éramos parte de ella; en que se nos mostraba a la machi como a una especialista en brujerías, mientras por las mañanas escuchábamos el tumtum de las oraciones de la que vivía en Bolil. Lautaro, Galvarino, Caupolicán aparecían como personajes míticos, desconectados de nuestra realidad, como situados en un tiempo remoto del que ya nada quedaba. Eso dictaban los programas de estudios de la época. Pero, nuestro profesor no lo hacía mejor; pues siempre se mostró convencido de que la educación debía servir para la chilenización. Él jamás ha mostrado sentirse identificado con su condición de mapuche. Él fue la primera persona a la que escuché usar el vocablo “indio” de modo jocoso y de menosprecio. Era una situación extraña, pero no cuestionada. Nuestros mayores vivían la resignación de la derrota, incapaces de cuestionar seriamente el proceso de awigkamiento que se presentaba. Reducido el espacio territorial, parecían ahogados en la necesidad de sobrevivir, sin poder explicarse el fin de los tiempos de abundancia. Estaban aplastados. El plan de los dueños del Chile en construcción había llegado a su fin y nada más les restaba continuar con la rapiña de apropiación del territorio, corridas de cerco y borracheras mediante.

De entre mis compañeros/as recuerdo a los Catrileo, Chicahual, Curiqueo, Ñanco, Collío, Pichichuinca…

En esa escuela, que ya no existe, aprendí sobre Historia de Chile y algo de Ciencias Naturales. El día en que llegué a ella, lo hice acompañado por mi primo Luis, pues él ya conocía el camino. El profesor me asignó la tarea de escribir una copia de la primera lección desde el libro que se llamaba “Al abrir la puerta”. En su portada había la imagen de un niño que entreabría una puerta. En realizar la copia eché toda la mañana y parte de la tarde.

Posteriormente, recuerdo que me asignaron la tarea de ayudar a mis compañeros que no habían aprendido a leer. Así, me convertí en el ayudante y enseñaba a los demás a unir las letras para formar las palabras. Trabajábamos con el silabario del “OJO” y después con el “LEA”. A mí me resultaba atractivo hacerlo.

Durante los recreos había algunas actividades por hacer. Un grupo de niñas se turnaban para hacer el almuerzo. Había alimentos donados por la “Alianza para el progreso” un programa de gobierno, proveniente de Estados Unidos. Había aceite en lata, polenta, porotos, leche, fideos y no recuerdo más. Tiempo después nos llegaron galletas, quáker. Los niños nos encargábamos de buscar algo de leña, la que sacábamos de los bosques cercanos. Tomábamos el agua desde un pozo que estaba a pocos metros, en el patio, y cubierto con unos pocos tablones. Los baldes que usábamos eran de tarros. En el pozo vivía una familia de sapos que era motivo de algunos de nuestros juegos.

Nos entreteníamos con juegos de esa época. Jugábamos al tejo uniendo monedas de cobre, al corderito sale a tu puerta, al luche, al trompo, a las escondidas, a “navegar” montados en troncos en el mallín que teníamos a un costado, a las bolitas, a andar al apa, a la culebra, a saltar la cuerda, etc.

EL ZORRO

Los epew del compadre zorro son varios y entre las familias se cuentan de diferentes modos. A veces, los epew se superponen, es decir, se enlazan y son narrados como si de un solo relato se tratara; pero, éste es único y no lo he escuchado en otro lugar sino que junto al fogón en mis años de infancia y después en torno a la mesa. Yo mismo me regocijo de darlo a conocer cuando la ocasión lo permite, cualquiera sea el sitio.

Pici epew (cuento breve), más parece un chiste.

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Hubo una ocasión en que el zorro fue a tomar agua al estero, después de haberse comido una gallina que se había robado. Hacía calor ese día, además. Era como mediodía y no había casi ningún ruido en el bosque, todo estaba en calma.

Tomó harta agua el cochino y después se fue por un caminito que había en el bosque; cuando de repente escucha como un silbido al mismo momento en que él daba sus pasos. Se detuvo y se quedó escuchando; pero todo estaba en silencio.

-          ¡Bah! ¿Será mi imaginación?, se dijo.

De nuevo empezó a caminar; pero, otra vez sintió como un silbido. Se detuvo de improviso y de nuevo NADA.

-          ¿Qué será entonces?, se dijo.

Empezó a ir un poco más rápido. Se preocupó, porque no sabía de qué se trataba; pero, al apurarse escuchó de nuevo el silbido, al mismo ritmo que él se apuraba. Se molestó y se detuvo de un repente… y de nuevo lo mismo: todo estaba en silencio, ni los pájaros se escuchaban, todos estaban callados a esa hora, ¿no ven que hace calor?

-          ¿No será que alguien se está riendo de mí?, pensó.

Y reanudó su marcha. Empezó a trotar. ¡Se escuchaba lo mismo!; pero, más rapidito. Otra vez se detuvo de un solo golpe.

-          ¿Qué porquería me estará bromeando?, pensó. ¿Dónde estará escondido? Pero…

Se enojó el zorro.

-          Me están remeando, pensó, y más se enojó.
-          ¡Pero… me voy a dar vuelta bien rápido pa pillarlo y ahí vamos a ver!, pensaba.

Entonces, empezó a caminar rápido y se escuchaba:

-          Fiu-fiu, fiu-fiu, fiu-fiu, despacio…

Apuró el pasó y más rápido se escuchaba el silbido… Empezó a trotar y más rápido salía el silbido…

-          Ya. Me voy a dar vuelta bien rápido, se dijo…

Y el zorro da la vuelta bien rápido.

-          Fiuuuuuuuuuuuhhhh… se escuchó.
-          ¡Ah! Eymi ta ñi weza kvciw anfe, pi ta gvrv[1].

Es que como había comido tanto y con tanta agua que bebió… Se llenó de gases y se les iban saliendo.

Fey ka mvteh. Ahí se termina el cuento.

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Fuente: Mi familia de todas las épocas (Raguileo Ñancupil, de Saltapura)
Mi mamá me lo contaba en mapuzugun. ¡Era bellísimo escucharla! No parábamos de reír, cuando lo hacía. Era estar viendo al zorro en el bosque que hay detrás de la casa y que en ese tiempo estaba un poco más tupido que ahora.


[1] ¡Ah! ¿Eres tú mi poto bromista, entonces?

LA VÍBORA

LA VÍBORA[1]

Se trata de un viejito y de una viejita que vivían solos, y que no tenían hijos. Un día, el viejito - que andaba en el campo - escuchó un llanto de guagua. Buscó y buscó, hasta que la encontró; pero, se trataba de un culebrón que lloraba como guagua. El viejito se lo llevó para la casa, y allá - con su viejita - lo criaron.

El culebrón empezó a crecer, y como si fuera un niño, también aprendió a hablar. Cuando ya era grande, el culebrón le dijo un día a su papá que se quería casar, y que quería que fuese a pedirle la mano de su hija al rey.

El viejito y la viejita se entristecieron, porque no habían pensado en eso; pero, como el culebrón insistió, al final el viejito fue donde el rey a pedirle la mano de la princesa para su hijo culebrón. El rey se enojó, porque lo vio tan pobre. Que ¡cómo su hija iba a casarse con el hijo de un hombre tan pobre! Así que le dijo que bueno; pero, con la condición de que le transformara las paredes que rodean el palacio en oro.

El viejito se regresó triste y le dijo a su hijo lo que había pasado. El culebrón le dijo que no se preocupara, y al otro día las paredes aparecieron convertidas en oro. Entonces, el rey, dijo que no era suficiente, que ahora tenía que transformar a todo el palacio en oro. El viejito volvió triste otra vez; pero, el culebrón le dijo de nuevo que no se preocupara. Al otro día el palacio apareció convertido en oro. Pero, el rey dijo que no era suficiente, que tenía que convertir toda la quinta en oro, los árboles y los frutos incluidos. Apareció la quinta convertida en oro. Entonces, el rey no pudo seguir poniendo obstáculos, así que aceptó dar la mano de su hija.

Se preparó el casamiento. Los viejitos estaban tan preocupados, porque pensaban en lo que ocurriría cuando supieran que su hijo era culebrón. El día del casamiento llegó el culebrón y toda la gente se asustó. La mamá de la princesa le decía que ¡cómo se iba a casar con un culebrón! Todos le decían lo mismo. Pero, la princesa dijo que se casaba, no más. Le dijo a su papá que si habían hecho el compromiso había que cumplirlo.

Así que el cura, todo asustado, les casó, y cuando dijo que el novio podía besar a la novia, el culebrón se enrolló en la princesa, y al momento de besarla, se convirtió en príncipe. Nunca antes habían visto a un príncipe más hermoso que ese.

Ahí quedaron todos contentos, y los príncipes se fueron a vivir al palacio. Pero, cuando se transformó en príncipe, el culebrón perdió la piel. El príncipe dijo que guardaran la piel, y le encargó a la princesa que nunca le hiciera nada, que tenían que mantenerla. Pero, un día, después de mucho tiempo, la princesa estaba aburrida con la piel, así que la echó a la chimenea: Se quemó.

El príncipe se enfermó: quedó casi ciego. Se convirtió en paloma y así llegó a la casa de los viejitos (sus papás). La princesa le salió a buscar, y cruzó un río para pasar donde una maci[2] para pedirle un remedio. Ella se lo dio. Con ese remedio llegó a la casa de los viejitos, y encontró al príncipe ciego. Entonces, ella le echó el remedio en los ojos, y de a poco, el príncipe volvió a ver.

Después regresaron al palacio y allí vivieron.
 


[1] Narrado por Andrea Raguileo, en 1992. Al parecer, lo aprendió de su tía Isabel Melillán.
[2] Machi.

domingo, 4 de noviembre de 2012

LEMUN SIGUE LUCHANDO


Imagen: Rayado callejero.
Fotografía: Erwin Quintupill. Nueva Imperial, 13.01.10

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viernes, 26 de octubre de 2012

GEOGRAFÍA LITERARIA DE CHILE



En el año 2011, aparece en circulación el libro “Letras del País. Geografía literaria de Chile”, que reúne una gran cantidad de textos literarios y no literarios de autores nacidos en territorio chileno, todos ellos seleccionados y prologado por Josefina Muñoz, y publicados por el Ministerio de Educación. Incluye ese libro tres poemas de Anselmo Raguileo (“Araucanía”, “El canto del pidén” y “El boldo huacho”). Los textos fueron tomados de (García y Galindo. “Poesía Mapuche. Las Raíces Azules de los Antepasados”. Depto. Lenguas, Literatura y Comunicación. Instituto de Estudios Indígenas. UFRO, 2004).

La editora dice –en el prólogo – que el propósito del volumen son varios y destaca el “dar a conocer textos literarios y no literarios, que reflejan apreciaciones interesantes, curiosas a veces, sobre algunos aspectos del país…”, agregando que “Es también una invitación a indagar en la obra de estos autores y autoras, a descubrir y mirar con nuevos ojos el entorno natural del que somos parte…”.

Finalmente, cabe mencionar que este libro incluye trabajos de María Isabel Lara Millapan, Lorenzo Aillapan y Omar Huenuqueo.


LA POESÍA DE ANSELMO RAGUILEO


La fecha exacta en que escribió los pocos poemas que nos dejó – en total quince no lo sabemos, aunque puede deducirse de modo aproximado. Me atrevo pensar que algunos en la década del 50 y los otros en los 60, y no más; pues las principales preocupaciones de Anselmo Raguileo fueron:

  • Superarse académicamente, en la etapa juvenil.
  • Aprehender conocimientos que le permitieran habilitarse para el desarrollo de una propuesta – con base científica de escritura del mapucezugun, durante la primera mitad de la década del 50.
  •     Sobrevivir junto a la familia. (Vivió varios períodos de cesantía. Su primera experiencia matrimonial duró aproximadamente tres años. Tuvo cuatro hijos y se casó dos veces).
  • Trabajar para la organización política (Partido Comunista) a la que ingresó poco después de 1950.
  • Dedicarse a la investigación científica para la consecución de un grafemario del mapucezugun (Primero en la década del 50 y después desde 1980 en adelante; aunque es sabido que dedicó muchos otros momentos a este empeño).
De modo, entonces, que entre las principales preocupaciones del lingüista no estuvo la poesía; sin embargo escribió un conjunto de poemas que adquieren importancia porque – en su mayoría – nos lo muestran ligado a su Saltapura natal y al pueblo que pertenece.

Iniciándose el 2004 se publica el trabajo realizado conjuntamente por Mabel García y Sylvia Galindo (“Poesía Mapuche. Las Raíces Azules de los Antepasados”. Depto. Lenguas, Literatura y Comunicación. Instituto de Estudios Indígenas. UFRO) que muestra “las obras desconocidas de los primeros poetas mapuches”. Se trata de Sebastián Queupul, José Santos Lincomán y Anselmo Raguileo). Al respecto el profesor Hugo Carrasco Muñoz escribe – en el trabajo mencionado de García y Galindo – “que la poesía de Anselmo Raguileo, producto por lo demás lateral o residual en sus preocupaciones intelectuales (…) se halla vinculada sólo en forma parcial a las preocupaciones del núcleo central de la poesía del grupo dedicado primordialmente a la tarea y quehacer de los poetas. Coincide con ellos sólo en la expresión de ciertos aspectos del sentir identitario mapuche,…” Agrega que es más cercana a la expresión poética de Sebastián Queupul[1] y de Pedro Alonzo Retamal.

Ignoro las circunstancias en que Anselmo Raguileo escribió poesía; pero se me ocurre que fueron similares a aquellas que nos motivan a registrar por escritos nuestras emociones cuando nos sentimos particularmente lejanos de nuestra tierra de origen.

Él contó a su hija Ruby que cuando al llegar Santiago no conoció a otra persona mapuche con quien interactuar, que vivió solitario y – además – muy lejos del hogar[2]. En esas circunstancias ocurrió su primer matrimonio y por ello no prosperó, a pesar de los dos nacimientos acontecidos. Entonces, él no habría logrado integrarse satisfactoriamente a la sociedad no mapuche en esa tiempo; lo intentaba, pero desprovisto de la fortaleza que el hábitat propio entrega.

Debió agigantarse en su espíritu la necesidad de la cercanía con Saltapura, su gente y su paisaje. “El boldo huacho” es un poema que nos habla de un boldo que existe desde tiempos que nadie recuerda. Todos los habitantes actuales de Saltapura lo conocen, pues se encuentra a orillas de un camino público y en el terreno que perteneciera al padre de Anselmo Raguileo. Es un patrimonio viviente.

Cuando lo he visto de nuevo
vienen a mi memoria
recuerdos de otros tiempos
que jamás podré olvidar…”                          El boldo huacho


Imagen: Boldo huacho
Fotografía: Erwin Quintupill. Saltapura, 27.06.10.


Imagen: Boldo huacho.
Fotografía: Marcelo. Saltapura, enero 2009.

También los poemas “La alborada” y “Atardecer en mi valle”, “Atardecer” y “Noche de luna” nos sitúan en Saltapura.

“Con sus cantos broncíneos
los gallos del vecindario
están rasgando el silencio”.                          La alborada

“El valle entero va cerrando
lentamente su párpado inmenso
y, las colinas allá lejos,
envueltas ya en su chal gris
acurrucadas esperan la noche.                      Atardecer en mi valle


Imagen: Atardecer.
Fotografía: Erwin Quintupill. Saltapura, enero, 2008.

“Sobre el valle ya dormido,
allá, cubiertas con su negro manto,
ya están las lejanas colinas;
mas, la Cordillera de Los Andes
con su porte majestuoso,
aún levanta su blanco pañuelo,
despidiendo la apacible tarde.”                    Atardecer

“Bajo el embrujo
de tu luz mortecina
y en el frío silencio
de tu atmósfera,
los árboles emergen
de la tierra
como de un  telón
suspendido del cielo”.                                   Noche de luna



“El canto del pidén” nos sitúa en el paisaje de la tarde en Saltapura. Aunque los pidenes (pu pizeñ) emiten su sonido a diferentes horas del día, es particularmente al atardecer cuando más se les puede escuchar, justo a la hora en que el día se va. El silbido que emite – si se escucha de muy cerca – parece surgir de la tierra y puede llegar a asustar a más de algún desprevenido. El canto del pizeñ se liga a la existencia en Saltapura.

“El cherrufe” también es una experiencia vivida por muchos habitantes de Saltapura. Los mayores cuentan a los menores la existencia de visiones que pueden ser representaciones o apariciones del mal. Las hay de muchas formas; una de ellas es el cherrufe (cewvrfe); otras, son el ancimajeñ (anchimalleñ), el wixanalwe (guitranalgue), el uyuce (uyuche), etc. Pocas personas reconocen haber tenido este tipo de “visiones”[3].

“Araucanía” y “Antupillán” nos llevan a la historia aprendida de los antiguos, mezclada con la que nos dio a saber la escuela chilena. Nos habla del Wajmapu en los recuerdos y en la mirada futura. Nos dice de su toma de conciencia (la de Anselmo Raguileo) y de su compromiso social y político. Estos poemas seguramente fueron escritos poco antes o una vez que se incorporó al PC.

En 1968, mientras se desempeña como empleado en FAMAE, participa en un concurso de poesía organizado por esa empresa, obteniendo el primer lugar con “Araucanía”.

¿Dónde están los empinados robles,
los sombríos laureles y los retorcidos olivillos,
testigos milenarios
de esta fecunda tierra?
¿Dónde están los poderosos ulmenes,
los soberbios caciques
y los bravos toquis,
señores de la elocuencia,
de la astucia y el coraje?                                          Araucanía

Sin embargo, Anselmo Raguileo no dedicó su vida a la poesía. Antes que todo lo demás estuvo su compromiso social y político, y como consecuencia de ello su empeño por lograr una propuesta de escritura para el mapuzugun con base científica.

Aún así, no podemos dejar de mencionar que en ese grupo de quince poemas dejados por él, existen cuatro surgidos de su experiencia amorosa. Ellos son: “A mi gran amor”, “El primer beso”, “A una rubia” y “A Leonor”. Probablemente correspondan a la primera etapa de su segunda experiencia matrimonial, excepto “A una rubia”, porque su segunda esposa (Leonor) no lo fue.

Por último existen otros dos poemas: “El pregón de las arvejas” y “Lluvias de invierno”. El primero recrea el trabajo de muchas mujeres mapuche, sobre todo de las del sector de “La Vega”, ubicado al sur de Nueva Imperial y al norte de Villa Almagro, que recorrían y recorren las calles de Nueva Imperial pregonando sus hortalizas y productos de la actividad chacarera. El segundo nos habla del paisaje de invierno, un temporal en que las aguas corren hasta por las alturas, en que el suelo parece romperse con el estruendo de los truenos y la fugaz visión de un rayo intimidante surcando el firmamento de Saltapura: las lluvias del sur. Todo eso, mientras el hombre sale a mirar el estado en que se encuentran sus animales o va por ellos para llevarlos al corral, dependiendo la hora del día. Es parte de la vida cotidiana en su lof de origen, el que Anselmo Raguileo vivió junto a su familia.

Un roble viejo
se derrumba,
lanzando un prolongado quejido                   Lluvias de invierno

Hay mucho que decir, que comentar, que imaginar con la escasa poesía que Anselmo Raguileo, seguramente escribió sin la intención de transformarse en escritor; pues como ya se ha dicho sus preocupaciones principales se manifestaron en otras áreas del vivir; sin embargo, para un habitante de Saltapura es fácil reconocerse en ellos. Al mismo tiempo, al abordar la historia, nos invita a conversar y a reflexionar todos los tiempos.

¿Recordará Leonel Lienlaf que en 1995 conversábamos acerca el poco asombro que nos provocaba el hecho de que tantos hermanos y hermanas se dedicaran a escribir poesía? Nos decíamos, los mapuche poseemos una lengua que es poética; cada vez que un mapuche habla en su idioma lo hace en función de su experiencia de vida, por lo tanto en el habla se reflejan y se observan claramente una serie de imágenes que lo hacen poético. Los antiguos vl son el más claro ejemplo.

De allí entonces que, aunque Anselmo Raguileo, no se dedicara a la escritura poética de modo permanente. En los pocos escritos que nos dejó están las imágenes de la narrativa tradicional mapuche, aunque estén escritas en lengua extranjera.



[1] Sebastián Queupul es originario de Ralipitra, un lof ubicado un poco más al norte de Saltapura; de modo que sus habitantes están emparentados y por lo mismo se conocen.
[2] Entiéndase como hogar no sólo la casa habitación en que se nace y el grupo familiar que allí reside. El hogar mapuche es más que un edificio; es también la familia amplia y todo el espacio circundante (próximo y lejano), es decir, lo son también los demás seres vivientes y los componentes abióticos de nuestro lof.
[3] El autor de esta nota, también originario de Saltapura, ha tenido la ocasión de presenciar más de una visión, aunque de tipo diferente a la descrita en el poema mencionado.