lunes, 22 de febrero de 2016

MI ÚLTIMO MINGAKO





Las narraciones
Al igual que en años anteriores, la realización del Mingako Kultural estuvo plena de sucesos imprevistos. Es lo usual. Por defecto profesional, cuando comencé esta aventura, intenté planificar hasta el último detalle; pero, debí aprender a improvisar sobre la marcha.

El principal objetivo, como mencioné en la convocatoria, fue acercar a los más pequeños a la oralidad, especialmente a la historia: la nuestra. Como era de esperar, los adultos no colaboran con entusiasmo. Sin embargo, hay un sector más joven y algunos mayores que lo entienden distinto y se suman alegres a este tipo de trabajo, conectado a la memoria ancestral.

Los días 2 y 3 de febrero nos reunimos, en el local de la Asociación Xafazkintun, un grupo de cuatro niños/as (Koyam, Mawvn, Ayileo y Kalfuray). Hubo más invitados; pero, por diferentes motivos no llegaron. La principal narradora no estuvo porque la máquina cosechera llegaría esa tarde para trillar la avena, y… claro – es comprensible –, en esos casos hay que dedicarse por completo. Lo más triste es que al día siguiente enfermó. De modo que debí enfrentar la situación casi solo.

El principal relato terminó siendo aquel del malón entre las gentes de Wigkul y nuestros antepasados, allá por fines del siglo XIX. Ese hecho dio origen a algunos nombres de localidades como Nowalwe (Nihualhue), Reqce (Reyque), Weycawe (Hueychahue) y Wixamalal (Huitramalal). Probablemente, el nombre de nuestra “comunidad” – Saltapura – también surgió de ese acontecimiento. En esa narración, que todos los adultos conocen de modo fragmentado, igualmente se puede observar cómo operaba el principio de justicia en nuestro antiguo lof. Asimismo, el sistema de “casamiento” por el que las mujeres se trasladaban al lof el hombre, y muchos otros asuntos.

Miriam y Norma Raguileo contaron su experiencia como profesoras del lugar y recordaron también lo del malón, algo de lo acontecido a principio de los 70 y asuntos de familia. Otro tema que se conversó fue la descendencia del viejo Ñagkulew (Ñanculeo) de la cual todos somos parte.

Al final de cada jornada, los niños/as dibujaron algunas escenas. Vivi, la mamá de Koyam, también se entusiasmó. Por mi parte, les sugerí otras que me parecen de importancia. Después los trabajos fueron entregados a Fernando Raguileo, para que elaborara la propuesta, a través de una composición en que él pusiera su parte. Le sugerí que incorporara la imagen del fogón, y con eso quedó todo resuelto.

Taller de mosaicos en cerámica
Mi amigo Eduardo Cabello quedó en deuda en el Mingako del 2015. Un par de semanas antes me llamó para proponerme que lo hiciéramos en esta ocasión si era posible. Se realizó el día jueves 4 y participaron Patricio Melipil, Fernando Raguileo, Isidora Soto Raguileo, Constanza Torres Raguileo, Carina Raguileo y yo.

Resultó relativamente sencillo. Eduardo aportó las herramientas y los materiales, de  modo que debíamos asistir sólo con las ganas de aprender. En un trozo de trupan de 20 cm x 20 cm, pegamos palitos de maqueta en el borde, usando cola fría para madera. Enseguida, cada uno dibujó algo simple. Eduardo nos mostró el uso de las herramientas para romper la cerámica (para mosaico) y fuimos pegando los trozos para rellenar la imagen. Posteriormente, aprendimos a mezclar el fragüe con agua y a esparcirlo – con una espátula – sobre el trabajo terminado. Finalmente, con un trapo fuimos sacando el exceso hasta quedar el mosaico terminado.

Ese día me las di de cocinero, además de aprendiz. Almorzamos juntos, y ya a media tarde todo había finalizado. Hubo vivita de algunos familiares y compartimos unos cuantos deliciosos mate.

El mural
Una parte del financiamiento fue mío; pero, también hubo un par de aportes muy significativos de un par de amigos que me pidieron el anonimato. El muro es de 2,5 m x 3,3 m. Adquirí 5 litros de látex (negro, blanco, rojo, amarillo y azul), también algunas brochas de 3, 2 y 1 pulgadas. Eduardo aportó varios pinceles. Con fondos de botellas plásticas confeccioné los mezcladores.

En la noche de la víspera proyectamos la imagen sobre el muro y con tiza de color delineamos todos los trazos. Fue simple, un trabajo de una media hora y no más. Bebimos una cerveza y nos fuimos a la casa.



La composición es de Fernando Raguileo y los diseños mayoritariamente de los peques que participaron. Trabajaron Constanza, Isidora, Matías, Mawvn. Todos dirigidos por Camila Collipal quien primero nos mostró una breve reseña histórica del mural en diapositivas power point; después pidió que dibujaran una rosa cromática para mostrar los colores primarios y sus mezclas que se enfrían en un sentido y en el contrario, se tornan cálidos. Fue una introducción breve y precisa. Posteriormente, se fueron al muro para decidir los colores a usar.

De ahí en adelante fue pintar y pintar. Ya encaminado el asunto nos fuimos al almuerzo, hecho por mi amigo Jorge Sir y mi cuñada Marina, y con la ayuda de algunos más. En el intertanto llegó de visita el peñi y pariente José Curillán… Y, de nuevo a la pintura. Los niños/as mostraron cansancio, menos Matías que había viajado a Santiago y regresado recién esa mañana. Él mostró un entusiasmo especial, hasta que el sueño y el cansancio lo vencieron. Fue entonces que los adultos nos dimos a la pega de terminar los detalles. Participaron la misma Camila, Fernando, Cristian Collipal, Eduardo y yo, mientras los demás conversaban sobre el malón y otros asuntos, y otros registraban el momento. Terminamos cuando el sol se aproximaba al horizonte oeste.









Independientemente de todo aquello que pudo ser y no fue, me quedo con la sensación de haber cumplido bien lo cometido. Satisfecho. Y puedo visitar a papá y a mamá (en el cementerio) para contarles que estoy en lo que conversamos allá por mis primeros tiempos: esa promesa de dedicarme a aportar al desarrollo de todos nosotros, los mapuche, de un modo simple y “lejos de las portadas”.

Pude darme cuenta que los pequeños, efectivamente, desconocen/ían nuestra historia local. Sin lugar a dudas que el hacerlo, contribuye a fortalecer su identidad y la posibilidad de construir un proyecto de vida afín con nuestra realidad, si es que lo consiguen. Allí está el mural que construimos colectivamente, para que otros se pregunten y lo continúen a su manera.

En unos días más, el 20 de febrero, se realizará en ese mismo lugar la 1ª Muestra Cultural de productos del lugar. Se trata de una iniciativa de varias personas, lideradas por gente de la Xafazkintun que esperan gustosos mostrar lo que hacen (artesanías, comidas, bebidas y otros asuntos). Ninguno de ellos piensa que venderá grandes cantidades, sino que lo que les moviliza es darse a conocer. La Comisión organizadora ha conversado con el municipio local y ha conseguido un aporte en infraestructura importante (varios stand, publicidad y amplificación). Cuando partí con lo del Mingako Kultural, allá por julio del 2007, tenía la idea de provocar a los más cercanos, de modo que en algún momento se atrevieran a gestionar cosas de manera autónoma y ya está ocurriendo, por esa razón llego hasta aquí, y me dedicaré a otro tipo de proyectos. Ya estoy en ello.

Agradecimientos especiales 10º Mingako Kultural: Fernando Raguileo, Camila Collipal, Eduardo Cabello, Marina Reyes y Jorge Sir.

Mi agradecimiento a todos/as los que participaron y colaboraron en las diez versiones, especialmente a los de la primera etapa (Víctor Cifuentes, Cristian Antillanca, Fernando Raguileo, Lino Raguileo, Loreto Raguileo, Flor Raguileo, Pablo Quintupill, los de casa (son varios) y Agustín Yávar…

También a Jorge Sir, Eduardo Cabello, Alicia Foxley, Alfredo Seguel, Zoila Huilipan, José Carihuentro, Guillermina Quintupill, Marta Quintupill, Martiliano Llanquileo, María Melipil, Fabián Marin, Martín Raguileo, Organización Comunitaria de Saltapura, Organización Comunitaria de Millacoy, Asociación Indígena Xafazkintun de Saltapura…

Entre los invitados especiales, mi agradecimiento a los peñi y lamgen Chicha con Harina, Luanko, Jaqueline Lagos, Roxana Miranda, Luis Cifuentes, Cristian Lagos, Ana y Pablo, Rayeh Kvyeh, Hogar Weliwen, Hogar Pelontuwe, Colelo, Salvador Mariman, Carla Guaquin, Alan Paillan, Taller David Cayuqueo, Mauro Rojas, Grupo La Zaranda, Cecilia Caniuman, Marjorie Huaiqui, Olga (La Garza), Fabián Lira, Carlos Coche, Pedro Cural, Daniel Huencho, Washington Canales, Marina Reyes, David, Dominga Quintupill, José Raguileo, Herman Torres, Oscar Nahuelhual, Jake Rekedal, Marcelo Azúa, Genoveva Reuca, Mabel Raguileo, Carina Raguileo, Pato Melillanca, Guillermo Jaque, Juana Ñanculeo, Isabel Espinoza, Margarita Raguileo y varios/as más…También a los dirigentes locales Teresa Licanleo y Juan Paillafil.




Este blog seguirá abierto para contar sobre otros asuntos relacionados con Saltapura y sus alrededores.