viernes, 14 de agosto de 2009

WIXAL Y DISEÑOS (1ª parte)




La 1a foto: M estudiando. Foto mía.
La 2a foto: Cruce de hebras. Foto mía.
La 3a foto: xariwe masculino. Alto Bio Bio, febrero 98. Foto mía.


La lamgen Elisa Loncon, dedicada a los asuntos de Educación Intercultural y de Mapuzugun, me sugirió que expusiera – en este blog – sobre diseños en el wixal (telar mapuche), a propósito de lo del xariwe de Loreto (Ver Xariwe, en etiquetas). Aquí va una parte.



La 1a fotografía: un énsayo de tapiz mío en confección. Foto mía.
La 2a foto: Tonoh. Foto mía
La 3º foto: M en estudio y tejiendo un xarilogko masculino. Foto mía.

Parece un asunto simple el de los diseños en el wixal. Quienes compran los productos que se venden, a lo más aprecian su hermosura. Se debe considerar, también, que las ñimikafe por lograr la venta de sus productos – en general – han optado por realizar los más sencillos.

Desde mi punto de vista, la complejidad del uso de las técnicas de urdido y de laboreo está relacionada – íntimamente – con la significancia de quien las solicita; por lo tanto, con el uso que se le dará a los objetos confeccionados. Entiendo que los objetos que se venden al público no mapuche no responden a un pedido, de modo que quien los ha hecho los realiza con el propósito de agradar al posible cliente. No existe en esos tejidos la carga emocional que significa uno que ha sido pedido para determinado fin. Me refiero, por ejemplo, al “xariwe de Loreto” o cualquier otra “prenda” que se solicite con el propósito de significar pertenencia; independientemente del ámbito en que quiera significar el solicitante.

Me explico desde la persona que solicita y el significado que quiere mostrar a la comunidad que pertenece. Cuando Loreto me pidió le confeccionara su xariwe tuve en consideración que: somos parientes, es mujer, es joven, pertenece a un Hogar de estudiantes mapuche, tiene proyectos, pertenecemos al mismo lof y queremos aportar al desarrollo de la organización comunitaria y de todo lo mapuche. Por ello, coloqué en ese xariwe los diseños que históricamente las tejedoras antiguas de esta zona del Wajmapu han realizado para la mujer. Lo mío estuvo en incluir en ese xariwe una muestra parcial de variantes para el mismo diseño. Lo considero un regalo especial para la solicitante, pues me une a ella un aprecio particular.

Antes de referirme a los diseños o los dibujos, debo decir que existen 3 modos de urdir el wixal:

El urdido sencillo


La fotografía muestra una japa o alfombra tejida con la técnica cañuntuku, confeccionada por Dominga Quintupill en fecha no conocida (probablemente en la década del 70). La foto fue tomada por mí.

Es el más simple, pues los diseños se logran agregando hilos de diferentes colores en franjas de distinto grosor. Al finalizar la prenda estará vestida de listas con los colores que se le han agregado. Además podrá incorporársele algunos elementos decorativos, como en el caso del ponxo (frazada). La dificultad para tejer es mínima.

Con este urdido se confeccionan enseres domésticos como: frazadas, aperos para el caballo, alfombras y otros de menor significancia. También algunos de mucha significancia como el kvpam o chamal que se urde con lana blanca, el que una vez finalizado el tejido es sometido a tinturación.


Este urdido también es empleado como base para dibujar con la técnica denominada japa (llapa) o cañuntuku (chañuntuku), que se caracteriza por que los diseños se logran amarrando – al urdido – pequeños trozos de hilos de distintos colores.

El urdido gvpvh ñimiñ




La 1a foto: un ensayo de Ruth Gracía, alumna aventajada. Foto mía, Los Laureles, sept 06.
La 2a foto: un ensayo mío, hecho en hilo. Foto: Erwin Quintupill
La 3a foto: Kutama o prevención, confeccionada por mi mamá Carmela Ñancupil en los años 70 para mi papá. Fotografía de Jorge Sir, octubre 2006.


Se caracteriza porque hay un fondo sobre el que se va laboreando y los diseños son claramente observables en uno de los lados del tejido; por el otro, son observables con dificultad o pierden definitivamente su significado. Otra característica es que el dibujo se concreta con hebras que van quedando levantadas.



Con este urdido se pueden confeccionar mantas de uso cotidiano, xariwe de niñas y niños, kutama (alforja), aperos para el caballo que serán usados en situaciones especiales y otros.

El urdido kvzez ñimiñ



La primera fotografía es un ensayo de tejido realizado por mí. La hizo mi amigo Jorge Sir, en octubre de 2006.
La 2a fotografía es parte del proceso del tejido del xariwe. Hecho por mí entre diciemre y febrero últimos. La foto es mía.

Es el más complejo, el que exige un mayor grado de abstracción en la creación de los diseños y también porque permite crear dos tipos de telas: una plana y otra tubular. El dominio de esta forma de urdir le da a la ñimikafe un status al interior de la comunidad, que es completo si además domina la técnica de xaríñ ñimiñ (ñimiñ amarrado)[1].

Con este urdido se confecciona el xariwe de la mujer fértil
[2], las mantas de hombres fértiles, las mantas de los líderes, el xarilogko de hombre fértil y otros de alta significancia social o ritual.


[1] El xariñ ñimiñ se realiza con el urdido simple. Su complejidad reside en que el urdido, generalmente de un solo color, es amarrado con materiales adecuados, para de ese modo lograr los diseños deseados. Posteriormente, el urdido es quitado del wixal y teñido. Después que haya secado, es montado nuevamente en el wixal y comienza a ser tejido. Se van deshaciendo las amarras y van apareciendo los diseños. En nuestra zona, actual 9ª Región chilena, con esta técnica se confecciona la manta de logko. En la provincia de Arauco (8ª Región chilena), en la comunidad Huentelolén también se confeccionan alfombras.[2] Fértil o maduro sexualmente.

jueves, 16 de julio de 2009

Falleció Marcelino Quintupil, Logko de Weycawe (Hueychahue)

Ocurrió el sábado 4 de julio, por la mañana, en el Hospital de Nueva Imperial, hasta donde había sido llevado por su familia hace dos días.

Los años pesan en el cuerpo, Marcelino. Los átomos se disgregan como partículas de polvo a través de la luz que nos llega por las rendijas de la casa. Húmedo tiempo y nubes en el firmamento. Tu partida va de boca en boca por las vegas. La resignación se cuelga de las manos. Hay animales a punto de ser sacrificados. Va la palabra por los hilos invisibles de la tecnología wigka. Surgen viajes, se apresuran las extremidades. Las aves se quedan en silencio por un instante y el mar se apacigua para recibir el wampo de tu partida.

Se va llenando tu casa, se improvisan asientos y lugares en que estar. El fuego no descansa y los vasos recorren tu entorno. Alguien duerme. Llueve sobre el tejado, por el patio corre el agua presurosa, las aves se refugian, la luna no se deja ver. Llegan tus hermanas viejas, las hijas, los hijos y los nietos. Tu hermano va y viene recordando la palabra de los antiguos. Los días transcurren, poco se duerme en la que fuera tu casa.

Último día

El patio está mojado. La colina frente a tu casa te acoge. Desde allí miraste muchas veces; por allí gatearon tus pasos primeros. Ahora esperas la partida. Hablan los menos viejos que tú. Vuelve a ser tierra el hombre de tierra. Vuelve al abrazo eterno de la madre. Pueden sacarlo… Sí. Te cargan los hijos, los sobrinos, los que alojaron y los que madrugaron. La colina te espera.

Las carretas se asoman desde los bajos. Yo inicié mi viaje esa mañana desde una ciudad lejana y llegué a tu casa con mi carne y mi vino. No voy solo. Por el camino caminaban hasta ti.

Calicen (chalichen)


Es el momento en que los integrantes del lof del fallecido saludan a los que han llegado a acompañarlos. Forman una fila y avanzan por el ruedo, en el mismo sentido en que se baila, fuego por fuego, persona por persona. En esta ocasión nos sumamos los parientes que sin pertenecer a esa comunidad decidimos “entrar con gasto” en este entierro, los más cercanos. Es nuestro modo de sumarnos y de reconocernos como familia, de rendir honores al fallecido, de reconocer a la comunidad que nos acoge. No es una obligación. Es un acto completamente voluntario en que manifestamos nuestro respeto a la familia.

Este momento tiene como función reconocer a los que han llegado e invitarlos a nuestras mesas.

Cocina

La cocina improvisada del logko de Saltapura y su esposa, nuestra tía Zoila, que nos acogen a la tía Marta y a mí, como allegados.

Los asistentes, las visitas, comparten la comida y la bebida. la conversación gira sobre variados asuntos; particularmente se habla con los que han llegado desde lejos. Así, el funeral se transforma - también - en un punto de encuentro.

Mi hermana Flor ayudándome en la cocina




Inicio del zugutun


coyke purun


coyke purun


coyke purun


Coyke purun


Inés Quintupil, tocó el kulxug para que los coyke danzaran a su hermano.

Guillermina Quintupil

Pablo Quintupill

Realizando el zugutun, en representación de la línea paterna

Javier Melipil

Se hizo cargo de realizar el zugutun, en representación de la línea materna

El regreso


Escultura – Luis Cifuentes

Público, un día cualquiera


Detalle (Escultura – Luis Cifuentes)
Charla con alumnos de la Universidad Católica de Temuco Charla con alumnos de la Universidad Católica de Temuco
Alan Paillan y un peñi argentino en el Recital
Charla con alumnos de la Universidad Católica de Temuco
Detalle Collage de Víctor Cifuentes Detalle Collage de Víctor Cifuentes
Detalle Collage de Víctor Cifuentes

lunes, 8 de junio de 2009

Es otoño en todo el Wajmapu... todo es más frío, aunque el paisaje se torna agradablemente húmedo. En los bosques nativos (en los pocos que van quedando por estos lados) han nacido los exquisitos canzv (changles) que crecen bajo la hojarasca mojada de los hualles y las quilas... Luego tendremos we xipantu... El sol comienza a regresar

domingo, 7 de junio de 2009

INFECTADO CIELO: Exposición colectiva

Estimados/as:

Queda pendiente un pedido para informar sobre telar mapuche: un pedido de Elisa. Ahora, quiero contarles del INFECTADO CIELO, una exposición colectiva liderada por mi peñi Víctor Cifuentes.

Hace un par de años, en su casa, conversábamos a alta hora de la noche y acordamos la realización de un trabajo conjunto en el que diéramos a conocer un contra discurso a las celebraciones oficiales del Bicentenario Chileno. El 1º Mingako Kultural en mi Saltapura ya había ocurrido y deseábamos algo más para los tiempos venideros. ¿Por qué? Porque pensamos y estamos convencidos que los artistas deben – modestamente – hacer de intermediarios entre los demás y aquellos que porfiadamente no ven más allá que sus propias narices.

¿Tenemos algo que celebrar los mapuche en el 2010, si todo lo conseguido no ha sido por conversación de igual a igual, sino por presión y con la colaboración de otros más dispuestos a escuchar al distinto y más dispuestos a crecer junto a sus semejantes?

Fvxa kuyfi ñi mvlen/ Fvxa kuyfi ñi mvlen… Fvxa kuyfi ñi mvleiñ (Hace mucho que estamos); pero, en esencia, la oficialidad chilena en nada ha cambiado.

De allí, entonces, ha surgido en Víctor una colección de unos 30 collages en que nos muestra la fertilidad femenina de la Naturaleza invadida por lo extraño que ahoga, desestabiliza y finalmente esteriliza. De mí, está naciendo un conjunto de versos titulado LAS DISTANCIAS que pretende llamar la atención de chilenos y chilenas con relación a sentimientos de pertenencia, de identidad, a partir de una mirada crítica de algunos elementos simbólicos que configuran la identidad nacional chilena: el himno nacional, la bandera, los héroes de la patria y el escudo.

En INFECTADO CIELO participamos el principal culpable de esta gestión, Víctor Cifuentes con un total de 8 collages, su hermano Luis Cifuentes con 4 esculturas, Lino Raguileo con 3 esculturas y Erwin Quintupill con dos poemas.

Todo este milagro porque la Universidad Católica de Temuco tuvo a bien realizar una invitación a Víctor, a la que respondió con la propuesta colectiva que fue inaugurada el viernes 5 de junio en la Galería de Arte, ubicada al interior del Campus Menchaca Lira (Avenida Alemania esq. 18 de septiembre). Estará abierta hasta el viernes 4 julio.

El martes 9 de junio, como parte de esta intervención, a las 11 horas daremos una charla-recital y a las 15.30 horas un concierto de música y poesía. Todo en el mismo local de la Galería.

Vayan los agradecimientos al equipo liderado por el director de la Galería Renzo Vaccaro, quienes nos han hecho sentir grato el tiempo de preparación de la muestra y por el respeto que nos han mostrado. De mi parte, especiales agradecimientos a Juan Pablo por el montaje de mis poemas, a mi hermana Miriam, a mi Loreto, a Emerson, todos de Saltapura, por haber llegado a la inauguración.

O EL ASILO CONTRA LA OPRESIÓN

Hablando lengua extranjera
en el asilo de los ancianos
(Los del pueblo encierran la sabiduría)

hablando lengua extranjera
en el asilo población callampa y obrero panificador
adorno de fiestas oficiales

hablando lengua extranjera
adorno en la célula izquierdosa
estorbo en la célula derechosa

hablando lengua extranjera
no escuchado, ignorado, invisible
bajo el brillo de una estrella solitaria.

Otros poemas de este libro en preparación a continuación:

PURO, CHILE, ES TU CIELO AZULADO

Así fue en otro tiempo
oculto para tus ojos de niño bueno
ahora hay bolsas con basura abandonadas en nuestros caminos
ahora el sol duele
y las praderas desnudas se exponen a la lluvia
ahora hay cuerpos extraños en la tierra
Ni los muertos descansan en paz.

Y TUS CAMPOS - DE FLORES - CERCADOS
Y tus campos - de flores - cercados.
No hay espacio por donde transite el hombre libre
ni la wiña libre, ni el zorro libre, ni el choroy
ni nadie que tenga espíritu de tierra

En la alta montaña
los volcanes son lo único que va quedando

Y en tus campos bordados de miseria
el hombre y la mujer de siempre
se sientan a comer las migajas
que les caen del gobierno central.

DULCE PATRIA RECIBE LOS VOTOS

Indio antipatriota, me dijeron, no valoras los emblemas patrios. ¿De qué sirve educarlos si van a continuar pegados a sus espíritus del pasado? ¡Vuélvanse a casa, desgraciados!, faltó que me dijeran.

Era el día de las inauguraciones en mi patria usurpada.

ROJO
Rojo enardecidas las manos
rojo el rostro cuando llegaste
a galope sobre los sembrados

sobre niño y niña, sobre mujer
comiendo lo rojo de nuestro azul

Roja la mirada de tus fusiles
y la sangre de los peces
que arrojas bajo el mar
que con rabia te baña

Rojo el óxido que en tu corazón anida

viernes, 8 de mayo de 2009

EL XARIWE DE LORETO


Fue en diciembre del año pasado cuando me encontré con Loreto que preparaba pacientemente la confección de su kvpam (chamal). Me quedé pensando en los años anteriores, en la niña que vi crecer, en mi afán por proveerle literatura y música alternativa a la que hay en los colegios rurales, de la vez que le dio por acompañarme en mi trabajo de restauración de la casa en que manteníamos el fogón, allegándome las tablas y los clavos, ayudando también a sostener. Me sonreí en silencio y estuve seguro que ese chamal necesitaría un xariwe de verdad. Supuse lo que vendría y que ocurrió unas horas más tarde: la petición formal para hacerme cargo de su confección.

Wixal y yo




Fue en el verano de 1989 cuando me enfermé de los pies y hube de quedarme en cama por un par de semanas. Fue en Saltapura, durante mi primer regreso definitivo. Estuve unos cuantos días dedicado a mejorar mi ortografía y cuando se me agotó el material, sentí que debía buscar algo que hacer para no aburrirme y aprovechar mejor ese tiempo de reposo obligatorio. Mis pies aún no estaban en condiciones de apoyarme.

Junto a mi cama estaba un saco conteniendo muchos ovillos de lana hilados y teñidos por mamá. Ella, iba y venía desde la cocina al patio, a la huerta, el gallinero, la quinta y el sitio en que yo permanecía. Recordé viejos momentos de mi infancia con ella trabajando en el wixal, mientras yo jugaba por el patio de antes y a lo lejos me acercaba para hacerlo con sus materiales recibiendo uno que otro golpe suave con el gvrewe. Vi el saco con lanas y sin nada más que hacer me propuse el intento de urdir como había visto años atrás. Nada dije a nadie. Escondido en el dormitorio y metido entre las frazadas tejidas por ella, me dediqué a urdir en un pequeño marco que casualmente había encontrado. Todo se dio.

Al principio, logré puros garabatos y ningún diseño reconocible; pero, sí quedé seguro de que podía reproducir los distintos modos de urdir que existen. Pronto mejoré y salí al campo a trabajar con mi papá. Uno de esos días mientras desyugaba los bueyes, una de mis hermanas –sonriendo con picardía me gritaba desde el patio que había dejado una embarrada. Entrando a la cocina me adelanté al rostro severo de mi madre que me reprendía por haberle destruido su tonon[1]. Yo no lo sabía, pensé que se trataba de cualquier lana. Esa fue mi primera lección.

El tiempo pasó y le encontré sentido a esto del wixal. Fue naciéndome un sentimiento de admiración por mi madre, por mi abuela y tantas otras mujeres que mantienen la tradición de los diseños. Desde una nueva mirada, me propuse aprenderlos. Fue difícil, no tuve maestra ni maestro. Cada vez que divisaba un diseño desconocido por mí lo dibujaba rápidamente en cualquier papel y después me dedicaba a dibujarlo en el telar, hasta conseguirlo. Lo mismo ocurría con las fotografías que divisaba en diarios, revistas y libros.

Por eso Loreto se acercó a mí y me pidió que le confeccionara su xariwe. Le correspondía a su madre haberlo hecho o haber buscado quien lo hiciera; pero, eso debió ser cuando ella se aproximaba a la pubertad. Ahora Loreto – mi “ñiña” – ha pasado los 20 y tantos y decide por sí misma.
[1] Tohoh (tonon): es una hebra de lana torcida al revés. Para su confección, dijo mi mamá, se elije una lana firme y fibrosa, y cuando ya está lista se la pasa por el fuego para quitar las pequeñas fibras que sobresalen; de ese modo, no molestarán durante el trabajo de tejer en el wixal.

Registro


Registro


Unos días después me encontré con mi peñi Víctor y entendió enseguida la grandeza del hecho cuando se lo mencioné y se ofreció a colaborarme en el registro del proceso. Afortunadamente había decidido comenzar con el urdido al día siguiente; por eso, Víctor llegó con todo lo necesario y nos dedicamos durante la tarde y la noche del 29 de diciembre, en compañía de mi amigo Marcelo y de un rico borgoña a urdir el mentado xariwe.

También mis amigos perros se asomaron de cuando en cuando para inspeccionar el avance del trabajo. Piciwenvy fue el más interesado.

24 de febrero







24 de febrero







24 de febrero




Finalmente, el 24 de febrero organizamos la entrega. Mi hermana Flor fue la cómplice principal. La tía Zoila llegó con algunas joyas para completar el vestuario y ayudó a Loreto a vestirse. Mi hermana Miriam colaboró con todo un poco, mientras yo preparaba un ponche y Víctor seguía en lo de registrar el momento. Llegaron José, Isabel y Anselmo. El tío Pablo ya estaba en la mesa iniciando una larga conversación. Emerson colaboraba con la cámara fotográfica.

Apareció Loreto y hubo sonrisas, aplausos y qué sé yo. Una breve explicación del momento a compartir y sobre todo subrayando el inmenso valor que nos significa el ir apropiándose del sentimiento de pertenencia, de identidad. Después a compartir un rico asado de caballo, suficiente vino tinto, canciones en mapuzugun y en castellano, y mucha conversación acerca de otros tiempos.

Yo siempre he sabido que soy mapuche, nos contaba Loreto, por la tarde. En el Hogar (We Liwen, Valdivia), todos somos responsables de mantenerlo, todos debemos asumir su dirigencia en algún momento. Me pareció que no podía seguir sin tener mi propio vestuario. Las cosas que faltan, ya vendrán.

¡Salud!