miércoles, 25 de enero de 2012

TALLERES 6º MINGAKO KULTURAL


TALLER DE SERIGRAFÍA SOBRE TEXTIL
16 y 17 de febrero de 2012 (por la tarde)

Para los menos informados, consiste en aplicar sobre alguna tela o prenda de vestir una imagen, para hacerla más atractiva o exclusiva. La idea es capacitar en serigrafía para la producción de (por ejemplo) poleras, gorros, banderines, etc... con identidad mapuche

El taller a realizarse fue ofrecido hace un par de años, por mi amigo Agustín, y recién ahora será posible implementarlo. Se requiere de algo de dinero, para los materiales a emplear en la construcción de algunas herramientas y posteriormente en las tinturas y otros materiales. No es mucho. Todo estará para el aprendizaje. 

La idea básica es aportar a Saltapura, particularmente a los/as jóvenes o también niños/as, una herramienta que – en corto o mediano plazo – pueda convertirse en una microempresa. Quedarse en el lof, no emigrar en busca de trabajos mal remunerados, es un ideal no alcanzado aún. Quienes han conseguido un buen pasar lo hacen como cualquier chileno/a y en cualquier ciudad, menos en su lof de origen.

De modo, que cualquier peñi o lamgen que quiera y pueda participar puede hacerlo. Debe comunicarlo al correo electrónico erw10@hotmail.com, con la debida anticipación. Si viene de otro sitio, debe llegar con lo necesario para alojarse (carpa, saco de dormir y llevar su aporte en alimentos). El Taller no tendrá costo en dinero para usted. Y si eres de Saltapura o sus alrededores, debes ir hasta la casa de Flor Raguileo e informarle de tu intención de asistir.

La imagen que a continuación se muestra fue tomada de internet y es una muestra de lo que se puede lograr.


TALLER DE ESCRITURA DEL MAPUZUGUN
18 de febrero de 2012 (por la mañana)

La idea es simple: ejercitar la escritura de palabras y diálogos simples, utilizando el alfabeto Raguileo. Como objetivo específico, aprender a pronunciar y/o diferenciar los diferentes fonemas (sonidos en vocales y consonantes) del mapuzugun. Por eso, cada asistente deberá llevar un cuaderno y un lápiz.

Como se sabe en el mapuzugun existen sonidos (fonemas) que no están en el castellano. Por ejemplo, además de las cinco vocales del castellano, existe una sexta, bastante recurrente o común. Hay palabras que sólo la tienen a ella; por ejemplo:

gvrv     zorro
fvzv      perdiz

He conversado con el profesor de la Escuela de Saltapura, preguntándole la posibilidad de realizar la actividad Taller en ese lugar, porque es más adecuado para la realización de ellos que la sede comunitaria. Me ha respondido que no habría problemas en utilizarlo. De modo que si no hay aviso en contra, el Mingako se realizará allí.

jueves, 19 de enero de 2012

6º MINGAKO KULTURAL

Sí, habrá una sexta versión del MINGAKO KULTURAL en Saltapura, centrado en el trabajo realizado por el lingüista Anselmo Raguileo (A fines de febrero se cumplirán 20 años de su fallecimiento). El programa a desarrollar es el siguiente:

  • 16 y 17 de febrero: Talleres para todos/as.
    • Introducción a la escritura del mapuzugun (por la mañana).
    • Serigrafía sobre textil (por la tarde).
  • 18 de febrero: Encuentro artístico-cultural
Imagen: Homenaje a Anselmo Raguileo. Cementerio de Saltapura. 1º Mingako Kultural, julio de 2007. Fotografía: Víctor Cifuentes.


Se invita, especialmente, a quienes no hayan concurrido y/o participado anteriormente. Sólo tienen que confirmar con anticipación a erw10@hotmail.com.

¿Dónde? En Saltapura





Imagen: Fernando, pegando afiches. 2º Mingako Kultural, enero 2008.
Fotografía: Erwin Quintupill. 



Imagen: Fogata en la "Noche de Cuento". 2º Mingako Kultural, enero 2008.
Fotografía: Erwin Quintupill.



Imagen: Jacqueline Lagos. 2º Mingako Kultural, enero 2008.
Fotografía: Erwin Quintupill.



Imagen: Roxana Miranda Rupailaf. 2º Mingako Kultural, enero 2008.
Fotografía Erwin Quintupill.




¿Cómo llegar? En micro.

Alternativa 1: Bus Nueva Imperial - Teodoro Schmidth
                     Lunes a Viernes (12.00 y 17.00 hr). Tomarlo en el semáforo.
                     Sábado (14.00 hr). Tomarlo en el semáforo.

Alternativa 2: Bus Nueva Imperial - Saltapura
                     Lunes, miércoles y viernes (12.00 y 17.00 hr). Tomarlo en el semáforo.

Alternativa 3: Taxi. (Conozco uno que pide $ 7000, hasta mi casa. Los demás piden $ 8000. Me piden su fono y se los doy).



Imagen: Guillermina Quintupill (Concepción). 3º Mingako Kultural, enero 2009.
Fotografía: Erwin Quintupill.

Imagen: Zoila Huilipan (Saltapura). 3º Mingako Kultural, (enero 2009).
Fotografía: Erwin Quintupill.



Imagen: Marta Quintupill (Nva Imperial). 3º Mingako Kultural, enero 2009.
Fotografía: Erwin Quintupill.



Imagen: Peñi del Hogar Weliwen (Valdivia). 3º Mingako Kultural, enero 2009.
Fotografía: Erwin Quintupill.

Imagen: Herman Raguileo, Cristian Antillanca (Chayhuin), Verónica y Cristian (Santiago), María (la Vivi). 4º Mingako Kultural, enero 2010. Fotografía: Erwin Quintupill.




Imagen: Karla Guaquin (Chiloé). 4º Mingako Kultural, enero 2010.
Fotografía: Erwin Quintupill.

domingo, 15 de enero de 2012

CUENTO: EL VIEJO TONTO

Este es un cuento que no tiene apariencia de epew tradicional mapuche; sin embargo, lo he escuchado muchas veces, antes alrededor del fogón, ahora en torno a la mesa. También he sido su narrador en más de una ocasión.


Tiene muchos elementos propios de nuestro ambiente social y hace referencia a un tiempo que ya pasó, por lo tanto se trata de elementos que se mantienen en nuestra memoria.

En estos días de mucha represión al ser mapuche, lo comparto - especialmente - con los niños/as y jóvenes de mi extensa familia.


Lo escribí a partir de un relato realizado por mi hermana Flor Raguileo en 1987. 


EL VIEJO TONTO


Hubo un matrimonio de viejitos. La viejita era bien galla; pero, el viejo era muy tonto. Eran solos. Un día la viejita se dio cuenta de que no les quedaba harina y le dijo a su viejo que tenía que ir a moler. Rápidamente, la viejita armó una kutama[1] de trigo. Ya, la puso al anca del caballo ensillado. El viejo ayudaba.

Mira, vas a ir a moler tú – le dijo – porque aquí hay mucho que hacer. Vas a llevar una fanega[2], y por la fanega te van a cobrar un almud[3] de trigo. Eso vas a pagar, por la maquila[4]. Ya, monta a caballo. Mientras tanto, voy a tener el fuego hecho y el agua caliente, pa hacer una tortilla en cuanto vuelvas. Pa no olvidarte, vas a ir repitiendo: “Por una fanega, un almud de trigo”. ¿Cómo vas a ir diciendo? El viejo respondió: “Por una fanega, un almud de trigo”. Ya, ándate ahora y no dejes de repetir, porque se te puede olvidar y a lo mejor pagas de más. Se fue el viejo repitiendo lo que le habían dicho. Iba en su caballo.

Junto al camino, un hombre cultivaba para sembrar y se preguntaba qué rendimiento podría tener. En eso va pasando el viejo tonto. El hombre le pregunta: “Oiga, abuelito. Buenos días. Usted que es de más edad, debe saber mucho. ¿Cuánto cree que me puede rendir la siembra que estoy preparando?”.

El viejo que va diciendo: “Por una fanega, un almud de trigo”. El otro lo escucha y se enoja. “Este viejo está tonto. ¡Cómo se le ocurre que va a rendir menos de lo que siembre! ¡Ah, viejo leso! ¡No tienes que decir así! Vas a decir: “¡Que salga! ¡Qué salga!”, pa que me dé buena suerte. ¡Ya!”.

¿Cómo tiene que decir? “¡Que salga! ¡Que salga!”, dijo el viejo. Como era tonto… Y siguió diciendo “¡Que salga! ¡Que salga!”. En eso iba, cuando va alcanzando una carreta que estaba detenida en el camino. El hombre que llevaba la carreta estaba desesperado, porque llevaba una pipa con vino y con el movimiento se había roto y se salía. ¡Abuelo, – le dijo – qué puedo hacer pa que no siga saliendo mi vino! El viejo iba llegando y diciendo “¡Que salga! ¡Que salga!”.

Qué indignarse más el hombre. ¡No lo agarro a palos con la picana, porque es viejo, no más! Tiene que decir: “¡Que no salga! ¡Que no salga!”. ¿Cómo tiene que decir?. “¡Que no salga! ¡Que no salga!”, repitió el viejo tonto. Ya, váyase ahora. Y se fue: “¡Que no salga! ¡Que no salga!”. Siguió hacia el molino; pero, tenía que pasar por un estero. Ya era tiempo bueno, así que el estero estaba medio seco; pero, había algo de barro.

Andaban unos ricos en vehículo. Allí quedaron empantanados, creyendo que podrían pasar. Cuando vieron que venía el viejo por el camino, pensaron que les podría dar un consejo acerca de cómo salir. Como es hombre de campo debe saber, se dijeron. Cuando iba llegando: Abuelito, – le dijeron – usted nos puede ayudar, díganos qué hacemos para sacar los vehículos del barro. Eran dos autos. El viejo se concentraba tanto en lo que le habían dicho, que no escuchaba y repetía: “¡Que no salga! ¡Que no salga!”. Los ricos se anduvieron como enojando; pero, vieron que era tonto. Ahí, le dijeron: No sea mala gente. ¡Cómo se le ocurre! Si no puede ayudar, al menos diga: “¡Que salga el uno, que salga el otro!”. Así tiene que decir.

“¡Que salga el uno, que salga el otro!”, repitió el viejo, y así siguió por el camino, hasta que fue llegando al molino. El molino funcionaba a leña, así que el molinero, en ese instante, estaba picando leña. Cuando el viejo va llegando, con tan mala suerte pal molinero, ¡que no salta una astilla y le da en un ojo al molinero!. El hombre se queja y le pide ayuda al viejo tonto. El viejo responde: “¡Que salga el uno, que salga el otro!”. El molinero, enrabiado, por el apuro no agarró a palos al viejo o no le dio con el hacha. ¡Viejo e moledera!, le dijo. ¡Te mandas a cambiar ahora mismo! ¡No pienso molerte! ¡Ándate! El viejo, como le dijeron que se fuera y nada más, se fue callado. Regresó a su casa. Allá legó.

-          ¡Moliste!, le preguntó la viejita. ¡Tan rápido!
-          No. No molí na. El molinero estaba enojado y dijo que no me iba a moler y me mandó pa la casa.
-          ¡Ay! ¡Quizás qué lesera hiciste! Por que sí, no más, no iba a ser. ¡Tendré que ir yo! ¡Te vas a quedar aquí! ¡te vas a preocupar que el fuego no se apague y de tenerme la tetera hirviendo cuando llegue!

Bien recomendado se quedó el viejo y triste. Le echó más leña al fuego, como le dijeron; pero, le puso demasiado. La tetera hirvió muy luego, los palos se consumieron y la tetera se dio vuelta. ¡La ceniza se subió por todos lados! ¡La polvareda! ¡No se veía nada! Ahí, el viejo se lamentaba:

-          ¡No sirvo para nada! ¡Todo lo hago mal! ¡Tan tonto que soy! Mejor me voy a matar y dejo de dar problemas.

Empezó a buscar algo con qué matarse. Entre las herramientas halló el combo y se fue con él hacia el patio. Tiraba el combo pa arriba y cuando venía cayendo, salía corriendo pa que no le cayera encima, pa salvarse. ¡Sería tonto! Volvía a tirar el combo y salía corriendo. En eso estaba, cuando de repente la herramienta cayó en unas matas. Al irlo a buscar, se da cuenta que cayó sobre una pava que estaba empollando. Él lo había olvidado.

Ahí, le vino la preocupación porque había matado la pava. ¿Cómo van a nacer los pavitos ahora?, pensó. Hasta que se le ocurrió pelar la pava. Con una grasa se embetunó el cuerpo y empezó a colocarse las plumas. “Pa que no se dé cuenta la vieja que murió la pava, me voy a echar yo”, dijo. Bien emplumado, se metió al nido. Ahí estaba cuando la viejita volvió del molino. A ella, le molieron y supo lo que le había pasado a su viejo.

-          ¡Viejo! ¡Viejo!, - lo llamaba. ¡Ven a ayudarme a bajar la harina!

Nada. El viejo no aparecía. La pobre vieja, sola tuvo que hacerlo todo. Ya calculaba que en otro problema tenía que estar. Entró a la casa y encontró el fuego apagado, ceniza por todas partes, la tetera dada vuelta y medio sumida entre la ceniza. “¡Ay! ¡Qué hizo este viejo, ahora!”. Salió a buscarlo:

-          “¡Viejo! ¡Viejo!”, decía. ¡Nada!

Lo buscó en distintas partes. Empezó a rebuscar entre las plantas. Pensó que podría haberse desmayado. De repente, al entreabrir una planta, lo encuentra.

-          “Sssssssshhhhh”, le dice el viejo, igual como hacen las pavas empollando.
-          ¡Qué estás haciendo ahí! ¡Y todo emplumado! Se quejaba, la pobre vieja. ¡Qué voy a hacer contigo! ¡Ya, sale!

Ahí, lo sacó. Le ayudó a quitarse las plumas, a limpiarse. Y le pidió que le ayudara a hacer el fuego y todo, de nuevo. Así fue. La viejita hizo pan y después tomaron mate. Y siguieron viviendo.


[1] Kutama: carga contrapesada sobre el caballo.
[2] Fanega: medida de volumen antigua.
[3] Almud: medida de volumen antigua.
[4] Maquila: Forma de pago que consiste en entregar un porcentaje del trigo molido. También la trilla se paga con maquila.

martes, 3 de enero de 2012

PERIMONTUN


PIWCEN

(Isabel Tragolaf[1]; Hueychahue 26 de diciembre de 1994)



Estuvo muy enferma, durante unos tres años, cuando tenía más o menos unos 35. consultó varias maci y también médicos. Estuvo hospitalizada y hubo huelga. Entonces, la enviaron a su casa; pero, se fue a Raguintuleufu, a la casa de sus hermanos porque hacia Hueychahue no había locomoción. Allá se dijo que haría un último esfuerzo y visitó a la maci María de Traitraiko que aún vive. Ella la mejoró de los dos perimontun que había tenido.


El primero, cuando era niña. Se le metió un chancho al trigo y mientras trataba de sacarlo – enredándose en la maleza – divisó un pájaro que salió volando y asustado. “Parecía una gallina y se metió en un árbol que estaba rodeado de quila pequeña”. Llegando a casa contó lo ocurrido, pero, no le creyeron. Creyeron que trataba de ocultar lo del chancho para evitar un castigo. La trataron de mentirosa.


El segundo ocurrió mucho tiempo después. Ya tenía sus dos hijos y a su marido del que enviudó. “Estaba trabajando cerca del xayenko[2], ese en que antiguamente hacían gijatun. En el agua del estero vi un animal de color negro. Iba nadando y levantando su cuerpo como ondulando. Yo conté lo que había visto y pregunté acerca de qué se trataría, porque me asusté. Me respondieron que sería un coipo. Te preocupas por nada – me dijeron”.


La maci María le dio a entender que ambos sucesos fueron perimontun y que a eso se debía su enfermedad. Ella estuvo en tratamiento y finalmente se mejoró. “Antes de mejorarme tuve un sueño en que me mostraron el cielo. La puerta es angosta y San Pedro tiene una ropa larga y las llaves de distintos tamaños le cuelgan de la cintura y casi le llegan a los pies. Me hizo pasar y vi a muchas mujeres trabajando en hilado y tejidos. Había dos casas, no más. Después me llevó adonde estaba Juan Bautista y está tal cual, con su cordero al lado. El pasto es entre verde y seco y alto. Todo es muy bonito. Yo pienso que (fue un) sueño bueno, fue el aviso de que me iba a mejorar”.


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Observaciones:

Hueychahue (Weycawe) es un lof que se encuentra al norte de Saltapura. En otro tiempo fueron parte de un mismo lof, lo deduzco de relatos históricos en que no se habla de los unos y de los otros.

A principios de diciembre - recién pasado - se realizó el 2º gijatun. El primero se realizó en abril de 2010. Fueron Javier Melipil (hijo de la tía Isabel) y Teoberto Ñancupil (un primo) quienes tomaron la iniciativa de retomarlo. La gente ha respondido satisfactoriamente; pues, este año se sumaron otras familias.

(Este relato fue entregado - por error - junto a los de brujerías. Realizo aquí la enmienda).


[1] Isabel Tragolaf, la tía Isabel, es originaria del lof Raguintuleufu (Ragintubewfu). Vive en Hueychahue desde que se casó. Actualmente, con su hijo Javier Melipil y su descendencia. (Hueychahue, es el lof ubicado al norte de Saltapura)
[2] El xayenko mencionado, es una pequeña cascada, ubicada al oeste de Saltapura, en los cerros de Millacoy. En ese lugar hubo un gijatuwe, al que mi mamá (Carmela Ñancupil) decía haber asistido en su juventud.