Unos días después me encontré con mi peñi Víctor y entendió enseguida la grandeza del hecho cuando se lo mencioné y se ofreció a colaborarme en el registro del proceso. Afortunadamente había decidido comenzar con el urdido al día siguiente; por eso, Víctor llegó con todo lo necesario y nos dedicamos durante la tarde y la noche del 29 de diciembre, en compañía de mi amigo Marcelo y de un rico borgoña a urdir el mentado xariwe.
También mis amigos perros se asomaron de cuando en cuando para inspeccionar el avance del trabajo. Piciwenvy fue el más interesado.
También mis amigos perros se asomaron de cuando en cuando para inspeccionar el avance del trabajo. Piciwenvy fue el más interesado.
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