Es el momento en que los integrantes del lof del fallecido saludan a los que han llegado a acompañarlos. Forman una fila y avanzan por el ruedo, en el mismo sentido en que se baila, fuego por fuego, persona por persona. En esta ocasión nos sumamos los parientes que sin pertenecer a esa comunidad decidimos “entrar con gasto” en este entierro, los más cercanos. Es nuestro modo de sumarnos y de reconocernos como familia, de rendir honores al fallecido, de reconocer a la comunidad que nos acoge. No es una obligación. Es un acto completamente voluntario en que manifestamos nuestro respeto a la familia.
Este momento tiene como función reconocer a los que han llegado e invitarlos a nuestras mesas.
Este momento tiene como función reconocer a los que han llegado e invitarlos a nuestras mesas.
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