14 y 15 de febrero
Se
anunció la realización de este taller con el propósito de transferir los
conocimientos que poseo en torno a cómo dibujar en el telar... conocimientos
que no son plenos; sin embargo, ya suficientes como para dárselos a quienes
desean aprenderlos para conocer el lenguaje de las ñimikafe, aunque en estos
tiempos – por mí mismo – debiéramos decir las/os ñimikafe… Tradicionalmente ha
sido un oficio de mujeres; pero he sabido de varios casos actuales de hombres jóvenes
que por distintas circunstancias han tomado contacto e interés por las técnicas
del telar mapuche… Allá mismo, al lado de Saltapura hay uno que aprendió de
tanto acompañar a una de las mujeres de su grupo familiar a un taller, me han
dicho… En Santiago, uno de los Kajfvkura se ha iniciado… Hace poco, en Valdivia
conocí a un muchacho joven que estaba ensayando la técnica del gvpvh, con
resultados notables.
Diez
fueron las mujeres que anunciaron su interés por participar del taller, y sólo
una de ellas no llegó; sin embargo, en total fueron quince las que debimos
atender. Me acompañaron como ayudantes mis sobrinas Loreto y Karina.
Los
principales problemas que debimos enfrentar fueron:
-
Algunas lamgen que no anunciaron su llegada.
-
Algunas lamgen que no cumplían el requisito de saber urdir para
dibujar.
-
Algunas lamgen que llegaron sin telar (debieron improvisar uno).
-
Tres lamgen del campo creyeron que la actividad se realizaba en la
sede comunitaria y se perdieron el primer día.
-
Algunas lamgen no sabían colocar el tohoh.
-
El número de personas asistentes (más de lo esperado).
-
Falta de un local cercano o de transporte para ir a la sede.
Imagen: Las instrucciones iniciales
Foto: Mabel Raguileo
Imagen: David construyendo un improvisado mini telar, mandado por... nosotros sabemos quien.
Foto: Mabel Raguileo
Imagen: Alejandra y Andrea
Foto: Mabel Raguileo
Entonces,
el taller comenzó antes de la hora indicada, para tener listo el urdido. Ahí me
di cuenta que algunas no sabían cómo hacerlo… o sea, que llegaron ¡en blanco!
NO conversé el asunto con ellas, aunque fue mi intención… pero, las
circunstancias no me lo permitieron… Ojalá que se pongan en contacto conmigo
pronto para poder hacerlo. Es parte de la evaluación que permite mejorar lo
realizado.
Imagen: Erna y Loreto
Foto: Mabel Raguileo
Imagen: Carina
Foto: Mabel Raguileo
Imagen: Isabel y Justine
Foto: Mabel Raguileo
Nos
repartimos por el patio, junto a las paredes y bajo los manzanos. Muy luego
surgió el compartir… Entre ellas se orientaban… Loreto, Karina y yo no dábamos
abasto y las que más sabían le daban indicaciones a las que se iniciaban… Moli
sacó la peor parte… Algo tímida seguía las instrucciones de oída y llegó a
desarmar tres urdidos… En un momento se me acercó y me preguntó cómo lo hacía.
Escuchó atentamente mis instrucciones y me dijo: ¡Ah! Ya me doy cuenta en donde está el error… Desarmó, volvió a
urdir y estábamos en la tarde del segundo día y bien avanzada la hora… La dejé
sola y como a la media hora o algo más volví por donde se hallaba… ¡Vaya
sorpresa! No sólo el urdido estaba perfecto; el tohoh, también. Pero, lo
increíble es que había dibujado… Me senté a su lado y me confió: Lo que pasa es que yo cometí un error y fue
no haber partido con las instrucciones suyas, sino que me dediqué a escuchar a
mis compañeras… por eso lo hice mal. Ahora que lo escuché a usted, todo salió
bien… Felicitaciones Moli Amulef, la que nada sabía. Otra que no anduvo
bien fue Eugenia, pues no logró instalar adecuadamente el tohoh. Hubo que
ayudarla, al segundo día…
Imagen: Moli, Lorena y Fresia
Foto: Mabel Raguileo
Imagen: Brenda
Foto: Mabel Raguileo
Imagen: Moli, Carolina, María y Eugenia
Foto: Mabel Raguileo
Finalizando
el taller, casi anocheciendo el día 15, Fresia que dijo vivir entre Temuco y
Cholchol gritaba ¡Lo hice! ¡Lo hice! Parecía una niña, plena de alegría, con el
resultado de un dibujo sencillo, pero significativo. Todo eso mientras se
dirigía a la carpa, para guardar su preciado trabajo.
Un caso
especial para mí fueron Norma Igayman y sus dos hijas: María y Lidia. Ellas
cumplían el requisito de saber urdir… Incluso saben dibujar con la técnica del
gvpvh. Su interés era para capacitarse en lo del welu kvzez ñimiñ… y lo
lograron en menos de una jornada. Fue muy satisfactorio.
Imagen: Alicia
Foto: Mabel Raguileo
Imagen: Con la colaboración de todos/as (Fresia y María)
Foto: Mabel Raguileo
Al finalizar
la primera jornada (14 de febrero), llegó la tía Zoila Huilipan – invitada por mí – para contar
a las participantes su testimonio sobre cómo mi abuela trabajaba para
confeccionar una manta amarrada (xari makuñ). Se trataba de un trabajo que
podía durar entre 3 y 8 días, con exigencias muy estrictas como la prohibición
del acercamiento de otras personas, de gritar, de permitir que los perros
merodearan, de bromear o de reírse en el sitio de trabajo. Nos habló del uso
del añil, de hierbas como el natre, del barro majo (mallo), de las amarras y de
las herramientas.
Imagen: Zoila Huilipan conversa con asistentes al Taller.
Fotografía: cedida por Moli Amulef
Dejé
como tarea la búsqueda de información acerca del significado de los dibujos.
Espero
haber contribuido para que estas mujeres no descansen y ojalá pudiéramos volver
a juntarnos para mostrar nuestros avances y compartir los nuevos aprendizajes.
Un
abrazo a todas.
Dejen sus comentarios.
Dejen sus comentarios.
En el acto central del día sábado hubo un
momento para ellas; pero eso se informará en la nota correspondiente.
Imagen: Observando el trabajo de Lorena y Fresia.
(Ricardo comentó en la evaluación familiar, al día siguiente, que en el 2014 había que colocar luz en el patio, para que pudieran seguir trabajando cuando se hiciera noche)
Imagen: Lorena
Foto: Moli Amulef
Foto: Moli Amulef
Imagen: El xariwe de Carolina, como muestra
Foto: Mabel Raguileo
Imagen: Las manos de Carolina
Imagen: El porfiado tohoh de Eugenia
Foto: Mabel Raguileo
Imagen: La alegría de Alejandra
Foto: Mabel Raguileo
Imagen: El dibujo que aprendió Lidia. De paso nos mostró que en lugar de xape (trape) o cordel, las medias son excelentes sujetadoras del wixal (witral)
Imagen: Enseñando a confeccionar los flecos del xariwe femenino.
La tía Zoila nos contó que se distinguen dos tipos; pero, no recordó los nombres.
Foto: Mabel Raguileo
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