“Para verme con mi wenxu, debemos pasar de una isla a otra, en barcaza; y como el conoce algo por estos lados, en mi familia me dijeron que viajara con él”. Así llegaron esa tarde, este par de enamorados que salieron el jueves 21 desde Cilwe (Chiloé). Hablamos de su tierra, de Castro, y me contó que en general, los mapuche de esa zona no muestran una firme identidad, que ella misma tuvo problemas alguna vez con el asunto. Nos habló de sus padres y hermanos, del paisaje… En fin, faltó tiempo para tanto; pero, el ritual de la conversación prolongada lo iniciamos en torno al calor de las comidas que generosamente mi hermana Flor fue preparando, asistida en todo por mi “ñiña” Loreto. Espero que no nos falte oportunidad para continuarla.
Imagen: Karla Guaquin
Fotografïa: Erwin Quintupill
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