martes, 25 de marzo de 2014

POJKO

Relato de Zoila Huilipan[1]. Saltapura, 22 de abril de 1995.

Pojko se llama una mezcla de pichí[2] podrido y remedios. La mezcla de remedios se hace con lvfo, fvlel y refu[3]. Se refriegan bien los remedios en una batea chica, se machacan todos y después se refriegan con el pichí. Una vez –todo- bien refregado, se echan en una olleta y se colocan a fuego lento. Como 10 litros de pichí y nada de agua.

Antes, para mezclar se usan unos 5 litros y los otros restantes se entibian. Terminado de refregar los remedios se echan a la olleta y se cuelan, para que no entre ninguna hoja.

De cada remedio se usa un puñado a dos manos.

De ahí, por ejemplo hoy en la mañana lo preparé, le dejo todo el día calentándose a fuego lento, de manera que se mantenga tibio.

Al día siguiente se le vuelve a hacer fuego lento, para entibiarlo y que pase la noche así.

Al otro día de nuevo se le hace fuego, se calienta y se le echa un poquito de añil, un pedacito, y se revuelve lentamente para que vaya diluyéndose.

Cuando ya se ha disuelto, se echa una mota de lana sin hilar. Se calienta y se deja hasta el otro día.

Al día siguiente se calienta otra vez. Entonces, hay que ver cómo está la lana que se echó. Cuando el pojko va bien, la lana se pone azul enseguida, de color azul oscuro, parecido al azul marino. Eso quiere decir que va bien, que el pojko está bien fermentado.

Luego se le agrega más pichí. ¿Un cántaro de unos 8 litros será? En total se usan como 20 litros.

Lo que se va a teñir, ya sea el takun[4] o lana para manta[5] se echa bien mojado. Se le hace fuego suave, para que esté calientito hasta lo que aguante la mano. No debe hervir. Encima se tapa con una armazón de ramas de laurel, no con tapa de olla.

Ahí se deja el takun, metido en el agua. Aloja. Al día siguiente se le hace otro fuego y si va bien altiro se pone azul. Está tres días metido en el pojko y hay que ir reponiendo la orina que se consume.

Todos colaborábamos para reunir esa cantidad, si era mucho se le pedía a los vecinos que ayudaran a juntar.

Era lindo. Yo miraba todo eso, cuando la Mamita[6] hacía el fuego en algún cuarto solitario donde nadie ande pasando, porque cuando hacen mucho boche los niños, queda hasta ahí. Después, hagan lo que hagan no le entra tinta a la lana. La Mamita correteaba a todos los niños y dejaba que pasáramos sólo los grandes. En la noche cuidábamos que no se enfriara.

Una vez se le echó a perder. No le entró la tinta. Ataw, decía ella. "Atawvy ñi pojko", pikefuy cuando no le entraba. "Cumgelu kay, atawvy ta tvfa". "Mamita, ¿con qué lavaste tu lana? ¿No la lavarías con Rinso, con jabón?". "Sí - me dijo - la lavé con Rinso". "Sácala y la lavas con agua caliente, bien enjuagada". Yo le ayudé a lavar.

Y para eso, para cuando está celoso el pojko hay que hacerle remedio con yvfvlkon. Yvfvlkon es una planta que hay en todas las casas. Da una flor amarilla y en castellano se llama huevil. Esa planta bien refregada se le echa al pojko. Ya por la tarde, se puso azul.

La tintura del pojko no se destiñe ni aunque la echen a hervir.


Tinturación con kañun (liquen "barba de palo")
Saltapura, enero del 1997
Fotografía: Erwin Quintupill


Xarimakuñ (Manta amarrada)
Fuente: http://www.sacredgeometrics.com/SacredGeometrics_Gallery_TextileIkatSanitran.php



[1] Esposa de Pablo Quintupill. Originaria de la comuna de Cholchol.
[2] Pichí: Orina.
[3] Lvfo, fvlel y refu: Todas son especies herbáceas con propiedades medicinales.
[4] Takun: Chamal o vestido femenino.
[5] Lana para manta: En este caso no se trata de lana sin hilar o hilada; sino del urdido, previamente realizado en el telar y amarrado, para confeccionar lo que se llama xarimakuñ o manta amarrada.
[6] Mamita: Así le llamaban a la suegra (Angela Lienleo) de la narradora de este relato.

1 comentario:

contactocentrocurarrehue@gmail.com dijo...

Erwin muchas gracias por la interesante información, pero desgraciadamente conseguir el pichí en la ciudad es más que difícil