martes, 4 de diciembre de 2012

Cómo la devastación ambiental afecta la medicina mapuche: Testimonio de la Lawentuchefe Marta Nahuelpán


El siguiente es el testimonio de Marta Nahuelpan, de Mehuin.

Se trata de una entrevista realizada por la Revista Marejada (www.marejadadequeule.cl) de los pescadores y buzos de esa localidad que organizadamente resisten a los efectos contaminantes de grandes empresas, y en el último tiempo a los intentos del gobierno por imponer la Ley de Pesca.

La presencia mapuche es significativa por esos lados y particularmente en la organización de pescadores y buzos de Queule.

Por lo didáctica e interesante, incluyo este gvxam con Marta Nahuelpan, que pareciera haber surgido de Saltapura, aunque nosotros estamos muy lejos de esa localidad. En fin, es que el mundo mapuche es uno solo, aunque geográficamente disperso después de la invasión del estado chileno.

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Cómo la devastación ambiental afecta la medicina mapuche: Testimonio de la Lawentuchefe Marta Nahuelpán

A propósito del regreso del peligro de la instalación del ducto de CELCO en la costa valdiviana es necesario recordar los efectos, en diversos ámbitos, que dichos mega-emprendimientos acarrean sobre el territorio y su gente.

Sostuvimos nuevamente una conversación con Marta Nahuelpán, lawentuchefe de Villa Nahuel (Mehuín, comuna de Mariquina), conocida nuestra pues hace algunas semanas había sido entrevistada por los niños y niñas del taller de periodismo que revista Marejada realiza en Queule.



En la charla, Marta Nahuelpán nos indica que la cosmovisión -la manera de entender y situarse en el mundo- por parte del Mapuche es integral puesto que, a través de ella, se evidencia la existencia de una conexión indisoluble entre las relaciones que establecen el ser humano, la naturaleza y lo sobrenatural, existiendo un conjunto de normas especifico, llamadas Nor, que establecen pautas que regulan la forma en que deben relacionarse los individuos con el medio ambiente.

A partir de esta cosmovisión se configura el sistema médico mapuche, de manera que no se basa, solamente, en el conocimiento que se tiene de las plantas medicinales sino también en la relación que tiene el ser humano con la naturaleza, estableciéndose el respeto y la reciprocidad para con ella como uno de los elementos centrales para evitar la aparición de enfermedades causadas por esta transgresión.



Es así que existen una serie de normas que deben cumplirse al momento de extraer una planta medicinal, como señala Marta Nahuelpán:

“El estero tiene un dueño, el campo tiene un dueño, todo tiene un dueño, por eso para sacar las plantas de un espacio se pide permiso para no enfermar, para dar las gracias, para que las personas se mejoren. Si yo voy, subo al cerro y corto un laurel sin pedir autorización, yo me puedo enfermar porque yo hice un daño. Le haces daño al dueño del campo y al árbol porque son cosas vivas, entonces ahí puede venir una enfermedad que los médicos occidentales no la van a conocer porque es una enfermedad que tiene que ver con la tierra”.

Asimismo, hay otras reglas orientadas a preservar el medio ecológico que circunda al mapuche, de modo que es obligación del que recolecte, dejar lo suficiente para que siga reproduciéndose.



Ya que la reciprocidad cruza toda la vida y el ordenamiento del mundo mapuche, esta también debe expresarse en el momento de la recolección. .. “(…) puesto que la planta va entregar sus poderes terapéuticos, se debe retribuir con algo a su dueño. Puede ser una moneda, lanas de colores, un pedazo de tejido, etc”, como indica Luca Citarella en su libro “Medicina y Culturas De La Araucanía”.

La intervención humana y sus efectos

La medicina mapuche utiliza como elemento central para combatir enfermedades una amplia variedad de hierbas medicinales o Lawen,  que tienen distintos usos de acuerdo al desequilibrio que se quiere tratar.  Como indica Marta Nahuelpán:

 “La naturaleza para nosotros es todo, los árboles, las aguas, la tierra, todo, ahí están todas las medicinas. Aquí en el cerro, aquí donde nosotros vivimos, la Villa Nahuel, está la mayoría de las hierbas que utilizamos para el empacho, para el sobreparto, riñones, pulmones, hígado, está casi la mayoría, la Sanguinaria, la Murtilla, el Notro, el Arrayán, el Chilco, el Ulmo y el Radal que se ocupa no sólo para una enfermedad sino para distintas enfermedades”.



La fuerte intervención que se ha producido dentro de estos espacios desde donde tradicionalmente los especialistas Mapuche han extraído plantas medicinales ha generado una clara disminución de estas, hecho que Marta ha podido observar en Villa Nahuel y que para ella se origina claramente con la irrupción de las forestales y sus plantaciones de especies introducidas como el eucaliptus y pino:

“Hay muchas plantas que se están perdiendo con esta cuestión de las plantaciones, llega la gente de las forestales, la Tornagaleón, la Pedro de Valdivia, todas esas que pertenecen a Celulosa Arauco, te dan todo lo que es alambre, abono y todo, nada más que uno pasa el terreno. Con estas poquitas plantaciones de pinos que hay, ya se está perdiendo todo (…) debajo de un pino no crece nada, se termina todo. Además el eucaliptus chupa mucha agua, seca los esteros y las napas”.

Resultado de lo anterior es que hoy se encuentran en franca disminución una serie de especies medicinales como el Ulmo, Olivillo, Laurel, Arrayán y Canelo (arbol sagrado mapuche).

Otro factor que podría poner en peligro la preservación de la flora medicinal nativa, es la solicitud de CELCO para intervenir y modificar el curso del Estero El Tordo en el sector de Puente Negro. Esto, según la lawentuchefe, traería graves repercusiones para la salud de los habitantes de Villa Nahuel y la población de los sectores aledaños que suelen visitarla, puesto que de él se extraen hierbas fundamentales para la solución de una serie de enfermedades y que solo se encuentran en ese lugar. Dice:

“En la orilla del estero Los Tordos hay Murta, Arrayán, Chilco, hay remedio para el empacho, uno que sale dentro del agua, que es como el Berro (…) hay muchos remedios que yo no les sé el nombre, pero sé para que sirven. Además sacamos el agua, con el agua hacemos todo lo que es medicina. Hay aguas que no se hierven, que son aguas natural, que llevan 2 pastitos, tres pastitos, eso es para el empacho (…) toda la vida hemos ocupado agua del estero, hasta el barro que está ahí se ocupa” no pa remedio pero si para teñir la lana”.

Finalmente, Marta dice que esto significaría un daño para la cultura y para todos los niveles que la componen pues implicaría una pérdida de conocimientos y un desequilibrio en todos los niveles del individuo:
“Si eso se remueve, se cambia el cauce, ya no va a haber lo mismo (…) Si estas plantas se van acabando sería todo malo, para la salud, para lo cultural, espiritual, material, para todo… Porque nosotros somos de tierra, nacemos de ella y la tierra es parte de uno, si ella enferma, nosotros nos enfermamos (…) de donde vamos a sacar… si se termina eso a donde vamos a sacar… nos vamos a enfermar de todo, del cuerpo y del espíritu”.



Todo lo anterior debiera tenerse presente ahora que CELCO, nuevamente, ha comenzado a merodear diversas zonas de la costa valdiviana, comprando predios e interviniendo en comunidades mapuche para concretar su ducto contaminante, mientras se ocupa de gestionar su certificación, consultora mediante.
Entretanto, pende sobre la zona el fallo del Consejo de Ministros sobre la viabilidad final del proyecto, así como la sentencia del juzgado civil de Valdivia sobre la indemnización que la Celulosa deberá pagar a la comunidad por la contaminación del río Cruces en 2004.

Todo muy actual.
 Daniela Jofré y Jorge Pereira  

Fuente: http://www.marejadadequeule.cl/?p=984

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