Me
llamó ayer mi amigo Jorge Sir, para comunicarme que ha fallecido el peñi Darío
Meliñir, de Quinquén. Aunque él no es de Saltapura, aunque nunca estuvo por
acá, quiero compartir mi impresión acerca de este kimce.
Imagen: don darío Meliñir y su familia, frente a la escuela de Quinquén.
Fotografía: Jorge Sir (tambien en la imagen).
Lo conocí
a él y a parte de su familia, allá por el 96’; pero, no fue sino hasta el 2008,
en que me alojó en su casa y fui invitado a estar con su familia mientras se
realizaba el gijatun comunitario, que compartí más cercanamente con él. Ese
día, don Darío me solicitó que en la jornada siguiente le ayudara y fuera parte
del grupo danzante familiar; pero, ese momento no llegó, seguramente porque
habrá encontrado o llegado algún familiar o amistad más cercana para completar
la cantidad de hombres a danzar[1].
Don
Darío puede ser visto, así como también a otros integrantes de su comunidad, en
más de un documental realizado en las últimas dos décadas, pues este grupo de
hermanos pewenche se hicieron conocidos internacionalmente por su resistencia y
decisión a permanecer en su territorio. Lo defendieron contra los intereses del
latifundista vecino. Finalmente, lograron que el gobierno de Aylwin se
comprometiera a mediar y a adquirir el territorio reclamado. Quienes no
conozcan antecedentes sobre este conflicto, ingresen la palabra Quinquén en un
buscador de Internet o visiten la zona de Lonquimay, al sur. Allí está
Quinquén. Si llegan hasta ellos, podrán ver el bosque de araucarias incendiado
por el latifundista con el propósito de expulsarlos, de hacerles desistir en su
empeño.
Una vez
me contaron que cuando se desató el incendio que avanzaba hacia sus casas,
ellos se fueron al gijatuwe y se lanzaron a orar (gijatukar, dicen), invocaron
a todas la fuerzas de la naturaleza y finalmente el fuego se detuvo. Otro
misterio más que no necesita explicación.
Ignoro
lo que hay más allá de la vida; pero, de haber algo – don Darío – nos
encontraremos para compartir nuestras experiencias y profundizar nuestros
conocimientos. Nos queda la gratitud de tu familia amplia, porque fuiste parte
de la lucha activa, allá en tu territorio lejano, en tiempos difíciles.
Un
abrazo a don Ricardo Meliñir (logko) y a toda su gente,
Imagen: Darío Meliñir. Fotograma tomado del documental "El Despojo" (Dauno Tótoro, 2003).
Don Darío en “El Despojo”, documental
dirigido por Dauno Tótoro (2003).
“¿Cómo
nacieron los mapuche? ¿De dónde salieron los mapuche? Dicen que se apareció - como
que aparece aquí en la montaña, aquí en el campo – ese hombre. Y ¿cómo será?,
dije yo; pero, más no se sabe eso. Según se dice, Dios lo hizo y lo dejó en tal
parte, y quedó. De ahí vienen los mapuche”.
…
“Cuando
vino Colón, recién. Ahí empezaron las guerras; pero, la última guerra, dicen,
que vino de la Argentina, de allá venían matando mapuche. Según cuentan que el
presidente argentino quería matar a todos, no dejar ningún mapuche[2].
Así que los mapuche tuvieron que correrse pa’ acá, pa’ Chile”.
…
“Dicen
que después cuando se fueron… dicen que se fueron por acá… disparando. Todos
los que alcanzaron a matar, mataron: niños, mujeres… Esa gente venían de la
Argentina.
“Dicen
que la mamá le pidió un caballo a un hombre que se llamaba Relmu. (Relmu
significa en castellano arco iris). Allá, dicen que el hombre tenía caballos.
Dicen que la última plata que tenía mi abuela, su xapelakuca, su xarilogko, que
usaban antiguamente los mapuche… Dicen que (con) lo último que le quedaba, le
fue a pedir un caballo, por eso. Le dieron un caballo, y en ese caballo
vinieron en su kutama sus niños. Y él venía a pie, y la señora en su caballo y
en su kutama los niños”.
Imagen: Darío Meliñir. Fotograma tomado del documental "El Despojo" (Dauno Tótoro, 2003).
Estos
textos los he transcrito desde el documental “El Despojo”, de Dauno Tótoro. Me
impresiona que los mayores sean tan semejantes, aún habiendo crecido en lugares
distantes y aún sin haberse conocido. Me impresiona su sabiduría. Acá en
Saltapura, mi padre, mis tíos tenían conversaciones del mismo tipo.
En este
mismo documental, don Ricardo Meliñir, logko de Quinquén habla de los
salamanqueros, relato que también he escuchado en mi lof de origen. Se dice por
ejemplo, que Rupaybew y Ligkobew – hermanos de mi tatarabuelo Martín Catrileo –
eran salamanqueros, weycafe especialmente entrenados para la guerra. Así como
don Ricardo menciona, se dice que la tía tatarabuela Rupaybew era capaz de
luchar cuerpo a cuerpo con más de un hombre, que estuvo al mando de un grupo de
weycafe jóvenes, etc; en definitiva que eran extremadamente hábiles en el
enfrentamiento y que en su preparación habrían adquirido ciertos poderes
desconocidos por los comunes, pues ellos sobrevivían fácilmente a las lesiones
de la guerra.
…
Si hay
algo más allá de la vida, peñi Darío, ¡que te encuentres con los salamanqueros!
Yaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaahhhhh……!!!!
[1] En
Quinquén, zona mapuce pewenche, en el gijatun danzan los hombres. Un grupo de
cinco de ellos – por cada grupo familiar participante – ingresan al gijatuwe.
Son hombres adultos mayores, jóvenes y niños en edad preescolar. Las mujeres
acompañan desde el exterior, realizando un canto por cada danzante, mientras el
logko y sus ayudantes (todos hombres) van dirigiendo la ceremonia.
[2] Se refiere
a la Campaña del Desierto organizada por el gobierno argentino que se propuso
el exterminio de los mapuce que vivían en el territorio que ellos nos usurparon
al otro lado de la cordillera, mientras a este otro lado el gobierno chileno
actuaba de un modo similar. Nuestra gente cercana o viviendo a en la cordillera
– al lado este – debieron huir hacia este otro lado para evitar la masacre que
se avecinaba. Lo hicieron del modo que don Darío nos cuenta.
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