viernes, 28 de agosto de 2020

MEMORIAS DE UN PIZARRÓN

 



Por Erwin Quintupill[1]

A mediados de 1982, egresé de la Universidad de Concepción. Casi enseguida, me acerqué a la AGECH (Asociación Gremial de Educadores de Chile) y me integré legalmente a ella. Ya sabía que el Colegio de Profesores era un organismo controlado por la Dictadura como todos los demás existentes, con la excepción de los clandestinos y de aquellos que surgieron de allí.

Hace un par de años me contactó una persona desconocida para mí, solicitándome colaboración en un proyecto del que estaba a cargo, consistente en recuperar parte de la historia de la organización mencionada en Concepción. Accedí y entregué mi testimonio por escrito, de acuerdo a lo solicitado.

Tiempo después, me llegó un libro curiosamente de tapas negras y letras blancas, emulando el pizarrón que utilizábamos en ese tiempo para el desarrollo de nuestras clases. Su autora es Paula Leonor Cisterna Gaete, quien contó con financiamiento del FONDART Regional 2017.

A quienes protagonizamos ese tiempo, sin lugar a dudas, nos emociona revisar los testimonios de varios/as de los nuestros/as, conocidas de ese tiempo. Nos encontrábamos regularmente en la sede de la organización; pero, desconocíamos lo que cada quien hacía clandestinamente. Sabíamos que así es como vivíamos. Sin embargo, me resultan conmovedores parte de los relatos de Rita Rivera (Comunal Penco), Luisa Valenzuela (Comunal Concepción), Alejandro Sepúlveda y Sara Barrera (Comunal Talcahuano) y muchos más.

A los profesores jóvenes les vendrá bien conocer esta parte de la historia del Magisterio, lo mismo que a cualquier persona, para que entienda que existe un sector del profesorado que ni antes ni ahora ha sido cómplice de la oligarquía gobernante, aún cuando una parte importante de los militantes de la AGECH lo eran también de Partidos políticos. Pero, hablamos de un tiempo en que todos /as nos jugábamos la vida. Unos más que otros/as, claro. Manuel Guerrero (Presidente del Consejo Metropolitano) no sobrevivió y fue asesinado junto a otros dos militantes de la resistencia en marzo de 1985, al día siguiente de haber sido secuestrado desde la puerta del establecimiento educacional en que trabajaba, junto a José Parada, apoderado e hijo de dos grandes figuras del teatro chileno (Roberto Parada y María Maluenda). Junto a ellos también fue asesinado Santiago Nattino. Fue una época triste; pero, emotiva. No había tiempo para descansar… Me pregunto: ¿Qué será de la profesora Josefina? La última vez que supe de ella, me dijeron que estaba prisionera en Argentina. ¿Qué será de mi compañera y amiga Brenda? ¡Qué ganas de volverla a ver!

***

Este libro[2] se inicia dando algunos antecedentes históricos referentes a la educación oficial, citando la Constitución de 1833. Continúa haciendo referencia al estado en que se hallaba la organización de profesores en Dictadura (Colegio de Profesores AG), con dirigentes nominados desde el poder central, absolutamente antidemocrática y obligatoria (la ley de entonces mandaba que todos los profesores/as fueran parte de él y aportaran el 1% de su ingreso mensual, mediante descuento por planilla).

Posteriormente, se dedica a exponer el trabajo de quienes dieron vida a la AGECH y las principales acciones que nuestra organización desarrolló en sus seis años de existencia.

Expongo a continuación algunos testimonios:

1[3]

No era militante de partido, pero como profesora tenía plena conciencia de la difícil realidad de mis alumnos y colegas. Jorge era socialista, y a pesar de la dictadura, era muy activo políticamente. La primera participación que yo tuve de estas cosas, fue cuando Jorge me invitó a una reunión a Concepción, a calle Freire. Había un grupo de personas y era más bien política la reunión, no sólo había profes, había de todo en esa oportunidad. Y ahí me acuerdo que se habló de que los profesores estaban siendo muy maltratados, que tantos compañeros habían sido encarcelados o que habían quedado sin trabajo, entonces de allí como que prendió un poquito la idea de organizarse y eso fue el 78 parece. Esa fue la primera vez que participé en algo así, era algo clandestino. (Victoria Sánchez, profesora de Castellano, 2017).”

2

La municipalización de la educación nos da el pretexto para organizarnos porque no podíamos reunirnos como anti Pinochet pero sí defendiendo la educación pública, porque nos cambió la relación. Después  de eso vino el plan Piñera y el Plan Laboral, los profesores pasamos a ser basura. No había estabilidad laboral, el alcalde te podía echar por cualquier cosa. (Olimpia Riveros, 2017).”

3

“El primer espacio que ocupó el Consejo Comunal de Lota fue una oficina pequeña que se ubicaba en el segundo piso de una farmacia antigua, luego ocuparon por largo tiempo una sala que se encontraba en el Sindicato Lota Green que no era de mineros, era de ladrillos, nos prestaba una piecesita. Recuerdo que teníamos una pareja de carabineros de civil frente a la puerta y ahí se quedaban hasta que salíamos, para intimidarnos indudablemente y para pedirnos que le entregáramos copia de los acuerdos de nuestra reunión porque tenían que entregárselo a “mi capitán Elgueta”, así decían ellos. (Moisés Vergara, 2017).”

4

“En la noche armaba mi imprenta clandestina, sacaba de debajo de mis cama mis cuestiones y me ponía a hacer panfletos, “abajo la dictadura”, “educación pública”  y así distintos eslogan de demanda. Entonces cuando ya tenía un turro salíamos en la noche a tirar panfletos con la Jaqueline Fonseca que también vivía en Penco. (Rita Rivera, 2017).”

 

El proyecto también consideró la recuperación de parte del archivo audiovisual que lideró el profesor Rolando Canteros y que se denominó CETEA (Centro de Televisión Educacional Alternativa), acompañado de un pequeño grupo.

“Cuando Rolando Canteros creó esta historia, que tenía la finalidad de reportear en la misma AGECH se hizo un cuarto oscuro y ahí revelábamos nuestras fotos, éramos como cuatro personas que apoyábamos ese trabajo. Trabajábamos con otro profe igual, que se llamaba Arnoldo, también trabajaba con nosotros Horacio y Alonso Carrasco. (Brenda Bustos, 2017).”

https://www.youtube.com/watch?v=Jd_etSpmoGs&fbclid=IwAR2c2fiRkKeOo8-RLa51yh_DqhBSaGk0A0Idy1xfNjO9PYf4jsoU6G_BUU4


Desconozco donde se le puede obtener. Tampoco sé si existen ejemplares disponibles. De cualquier modo, ojalá estuviera en formato pdf.

 

Mi agradecimiento a quienes hicieron posible rescatar esta parte de la memoria del movimiento del magisterio, no por lo personal, sino porque siempre es necesario volver sobre la historia para desarrollar nuevas estrategias para estos nuevos tiempos, ahora pandémicos y con la posibilidad de producir algún cambio aceptable en la Constitución Política.

Agosto, 2020.

 



[1] Escritor y ñimikafe, profesor de Biología y Química, profesor de Educación Básica y Licenciado en Educación.

[2] Cisterna Gaete, Paula Leonor. Memorias de un Pizarrón. Reivindicando la AGECH. Provincia de Concepción. 1981-1987. Financiado por FONDART Regional 2017. Primera edición. Concepción, 2019.

[3] La numeración es mía.

1 comentario:

Germán Correa dijo...

Sin dudas en gran trabajo de recuperación de la memoria, saludos Erwin