Por Erwin Quintupill
Hay un
nuevo cemamvj en el cementerio de Saltapura. Esto sobrepasa, en parte, mis
expectativas, pues desde hace tiempo estaba con la idea de que volviéramos a
verlos, no como decoración de una plaza, parque u otro sitio público.
Hace
muchos años los peñi Cristian Collipal y José Ancán fueron los responsables de
los que están en el Cerro Ñielol. Para ese tiempo y los venideros estuvo/está
bien. Se trata de un espacio ampliamente visitado por personas que visitan esa
ciudad y desde allí puede ocurrir una aproximación hacia nuestra realidad. No
se trata de hacer algún tipo de proselitismo, no. Se trata de abrir espacios
entre tanta negación. Sin embargo, ya es tiempo de que se ubiquen en el sitio que
corresponde: los cementerios, ta ñi pu eltun.
Hace un
año atrás instalamos el primero en la tumba de Anselmo Raguileo. Ahora hemos
hecho lo mismo en la de Pablo Quintupill Lienleo. Porque ambos lo ameritaban.
Durante
los días 17, 18, 24 y 25 de octubre nos dimos a la tarea de este segundo
cemamvj, en el contexto de una escuela-taller, organizada por la Asociación
Indígena Xafazkintun y con recursos aportados por el INJUV. Acudieron algunos
peñi de Temuco y de por acá.
Durante
el trabajo fuimos conociendo algunos antecedentes acerca de este tipo de
escultura. Invitamos al peñi Cristian Collipal quien llegó el sábado 24. La tía
Zoila Huilipan, viuda de Pablo Quintupill, nos contó que cuando era niña vio en
el cementerio de su lof dos esculturas: un cemamvj y un rewe. El último era la
tumba de una machi. Respecto del primero, dice que su papá y abuela le
comentaron que solía hacerse a una persona que se hubiera destacado por haberse
desempeñado en algún rol específico, sobre todo si se trataba de alguna autoridad.
La prima Teresa, contó que andando por un poco más al sur de aquí, en unos lof
vecinos, divisó un conjunto de árboles situados de un modo particular. Le
informaron que se trataba de un cementerio antiguo. “Ponían un árbol en el
lugar en que era sepultada la persona. Incluso, había una reja con un árbol
adentro”. “Así era, agrega la tía Zoila, sólo a la gente importante le hacían
cemavj”.
Hubo un
instante que la tía Zoila comentó que había estado muy preocupada por la
decisión de involucrarse en hacer un cemamvj para su marido. “A lo mejor, se va
a enojar. A lo mejor, no está de acuerdo, pensaba. No hallaba qué hacer. A lo
mejor, he tomado una mala decisión. Pero, un día soñé que tenía una lana negra,
bien bonita. Entonces, le puse la lana al lado, así, en el pecho y pal hombro.
Le dije, te verías bonito con una chomba de este color. Él me respondió que sí.
Hágalo no más, me dijo; pero, hágalo luego. Así me dijo, en el sueño. Y ahí me
dije, estoy bien entonces. Le va a agradar”.
A punta
de mate, pan amasado, tortillas, sopaipillas y ricos almuerzos, las jornadas
transcurrieron tranquilas y animosas. El sábado 24, la tía Zoila le habló a
Cristian pidiéndole que se quedara, para que guiara la ceremonia del día
siguiente. El peñi no se hizo de rogar. Ya el domingo, por la mañana, mientras
se le daba los últimos arreglos al cemamvj, Cristian comenzó con el kulxug y me
pidió que le ayudara con el otro que había. Cuando todo estuvo listo, el kulxug
pasó a otra mano y nos dispusimos con las pifvjka a acompañar la ceremonia,
previo a levantarlo y llevarlo al cementerio. Pablo (nieto) y Nora (hija)
fueron los ñankan. Carina – la cocinera – vistió de gala. Los hombres nos
pusimos nuestro xarilogko… Emotivo el momento.
Con el
firmamento muy nublado llegamos al cementerio. Había unas cuantas personas
limpiando las tumbas de sus parientes. Estábamos a una semana del 1º de
noviembre. “Falta una placa, comentaron”. Pablo (el nieto), dijo que la haría
con un resto de tronco que sobró. “Para el próximo fin de semana estará listo”.
Y, ¿la cruz? pregunté “inocentemente”. Hay que sacarla, dijo Teresa (hija).
Sería una contradicción, agregó.
Y allí
está Pablo Quintupill, el último logko de Saltapura, con un hermoso cemamvj,
como lo indicó su esposa, vestido con xarilogko y su wiño.
Fotografías: Juan, Eduardo, Fernando, Erwin y alguien más.
Saltapura, octubre de 2015.
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