Las narraciones
Al
igual que en años anteriores, la realización del Mingako Kultural estuvo plena
de sucesos imprevistos. Es lo usual. Por defecto profesional, cuando comencé
esta aventura, intenté planificar hasta el último detalle; pero, debí aprender
a improvisar sobre la marcha.
El
principal objetivo, como mencioné en la convocatoria, fue acercar a los más
pequeños a la oralidad, especialmente a la historia: la nuestra. Como era de
esperar, los adultos no colaboran con entusiasmo. Sin embargo, hay un sector
más joven y algunos mayores que lo entienden distinto y se suman alegres a este
tipo de trabajo, conectado a la memoria ancestral.
Los
días 2 y 3 de febrero nos reunimos, en el local de la Asociación Xafazkintun,
un grupo de cuatro niños/as (Koyam, Mawvn, Ayileo y Kalfuray). Hubo más
invitados; pero, por diferentes motivos no llegaron. La principal narradora no estuvo
porque la máquina cosechera llegaría esa tarde para trillar la avena, y… claro
– es comprensible –, en esos casos hay que dedicarse por completo. Lo más
triste es que al día siguiente enfermó. De modo que debí enfrentar la situación
casi solo.
El
principal relato terminó siendo aquel del malón entre las gentes de Wigkul y
nuestros antepasados, allá por fines del siglo XIX. Ese hecho dio origen a
algunos nombres de localidades como Nowalwe (Nihualhue), Reqce (Reyque),
Weycawe (Hueychahue) y Wixamalal (Huitramalal). Probablemente, el nombre de
nuestra “comunidad” – Saltapura – también surgió de ese acontecimiento. En esa
narración, que todos los adultos conocen de modo fragmentado, igualmente se
puede observar cómo operaba el principio de justicia en nuestro antiguo lof.
Asimismo, el sistema de “casamiento” por el que las mujeres se trasladaban al
lof el hombre, y muchos otros asuntos.
Miriam
y Norma Raguileo contaron su experiencia como profesoras del lugar y recordaron
también lo del malón, algo de lo acontecido a principio de los 70 y asuntos de
familia. Otro tema que se conversó fue la descendencia del viejo Ñagkulew (Ñanculeo)
de la cual todos somos parte.
Al
final de cada jornada, los niños/as dibujaron algunas escenas. Vivi, la mamá de
Koyam, también se entusiasmó. Por mi parte, les sugerí otras que me parecen de
importancia. Después los trabajos fueron entregados a Fernando Raguileo, para
que elaborara la propuesta, a través de una composición en que él pusiera su
parte. Le sugerí que incorporara la imagen del fogón, y con eso quedó todo
resuelto.
Taller de mosaicos en cerámica
Mi
amigo Eduardo Cabello quedó en deuda en el Mingako del 2015. Un par de semanas
antes me llamó para proponerme que lo hiciéramos en esta ocasión si era
posible. Se realizó el día jueves 4 y participaron Patricio Melipil, Fernando
Raguileo, Isidora Soto Raguileo, Constanza Torres Raguileo, Carina Raguileo y
yo.
Resultó
relativamente sencillo. Eduardo aportó las herramientas y los materiales,
de modo que debíamos asistir sólo con
las ganas de aprender. En un trozo de trupan de 20 cm x 20 cm, pegamos palitos
de maqueta en el borde, usando cola fría para madera. Enseguida, cada uno
dibujó algo simple. Eduardo nos mostró el uso de las herramientas para romper
la cerámica (para mosaico) y fuimos pegando los trozos para rellenar la imagen.
Posteriormente, aprendimos a mezclar el fragüe con agua y a esparcirlo – con
una espátula – sobre el trabajo terminado. Finalmente, con un trapo fuimos
sacando el exceso hasta quedar el mosaico terminado.
Ese día
me las di de cocinero, además de aprendiz. Almorzamos juntos, y ya a media
tarde todo había finalizado. Hubo vivita de algunos familiares y compartimos
unos cuantos deliciosos mate.
El mural
Una
parte del financiamiento fue mío; pero, también hubo un par de aportes muy
significativos de un par de amigos que me pidieron el anonimato. El muro es de
2,5 m x 3,3 m. Adquirí 5 litros de látex (negro, blanco, rojo, amarillo y
azul), también algunas brochas de 3, 2 y 1 pulgadas. Eduardo aportó varios
pinceles. Con fondos de botellas plásticas confeccioné los mezcladores.
En la
noche de la víspera proyectamos la imagen sobre el muro y con tiza de color
delineamos todos los trazos. Fue simple, un trabajo de una media hora y no más.
Bebimos una cerveza y nos fuimos a la casa.
La
composición es de Fernando Raguileo y los diseños mayoritariamente de los
peques que participaron. Trabajaron Constanza, Isidora, Matías, Mawvn. Todos
dirigidos por Camila Collipal quien primero nos mostró una breve reseña
histórica del mural en diapositivas power point; después pidió que dibujaran
una rosa cromática para mostrar los colores primarios y sus mezclas que se
enfrían en un sentido y en el contrario, se tornan cálidos. Fue una
introducción breve y precisa. Posteriormente, se fueron al muro para decidir
los colores a usar.
De ahí
en adelante fue pintar y pintar. Ya encaminado el asunto nos fuimos al
almuerzo, hecho por mi amigo Jorge Sir y mi cuñada Marina, y con la ayuda de
algunos más. En el intertanto llegó de visita el peñi y pariente José Curillán…
Y, de nuevo a la pintura. Los niños/as mostraron cansancio, menos Matías que había
viajado a Santiago y regresado recién esa mañana. Él mostró un entusiasmo
especial, hasta que el sueño y el cansancio lo vencieron. Fue entonces que los
adultos nos dimos a la pega de terminar los detalles. Participaron la misma
Camila, Fernando, Cristian Collipal, Eduardo y yo, mientras los demás
conversaban sobre el malón y otros asuntos, y otros registraban el momento.
Terminamos cuando el sol se aproximaba al horizonte oeste.
Independientemente
de todo aquello que pudo ser y no fue, me quedo con la sensación de haber
cumplido bien lo cometido. Satisfecho. Y puedo visitar a papá y a mamá (en el
cementerio) para contarles que estoy en lo que conversamos allá por mis
primeros tiempos: esa promesa de dedicarme a aportar al desarrollo de todos
nosotros, los mapuche, de un modo simple y “lejos de las portadas”.
Pude
darme cuenta que los pequeños, efectivamente, desconocen/ían nuestra historia
local. Sin lugar a dudas que el hacerlo, contribuye a fortalecer su identidad y
la posibilidad de construir un proyecto de vida afín con nuestra realidad, si
es que lo consiguen. Allí está el mural que construimos colectivamente, para
que otros se pregunten y lo continúen a su manera.
En unos
días más, el 20 de febrero, se realizará en ese mismo lugar la 1ª Muestra Cultural
de productos del lugar. Se trata de una iniciativa de varias personas,
lideradas por gente de la Xafazkintun que esperan gustosos mostrar lo que hacen
(artesanías, comidas, bebidas y otros asuntos). Ninguno de ellos piensa que
venderá grandes cantidades, sino que lo que les moviliza es darse a conocer. La
Comisión organizadora ha conversado con el municipio local y ha conseguido un
aporte en infraestructura importante (varios stand, publicidad y
amplificación). Cuando partí con lo del Mingako Kultural, allá por julio del
2007, tenía la idea de provocar a los más cercanos, de modo que en algún
momento se atrevieran a gestionar cosas de manera autónoma y ya está
ocurriendo, por esa razón llego hasta aquí, y me dedicaré a otro tipo de
proyectos. Ya estoy en ello.
Agradecimientos
especiales 10º Mingako Kultural: Fernando Raguileo, Camila Collipal, Eduardo
Cabello, Marina Reyes y Jorge Sir.
Mi
agradecimiento a todos/as los que participaron y colaboraron en las diez
versiones, especialmente a los de la primera etapa (Víctor Cifuentes, Cristian
Antillanca, Fernando Raguileo, Lino Raguileo, Loreto Raguileo, Flor Raguileo, Pablo
Quintupill, los de casa (son varios) y Agustín Yávar…
También
a Jorge Sir, Eduardo Cabello, Alicia Foxley, Alfredo Seguel, Zoila Huilipan,
José Carihuentro, Guillermina Quintupill, Marta Quintupill, Martiliano
Llanquileo, María Melipil, Fabián Marin, Martín Raguileo, Organización
Comunitaria de Saltapura, Organización Comunitaria de Millacoy, Asociación
Indígena Xafazkintun de Saltapura…
Entre
los invitados especiales, mi agradecimiento a los peñi y lamgen Chicha con
Harina, Luanko, Jaqueline Lagos, Roxana Miranda, Luis Cifuentes, Cristian
Lagos, Ana y Pablo, Rayeh Kvyeh, Hogar Weliwen, Hogar Pelontuwe, Colelo,
Salvador Mariman, Carla Guaquin, Alan Paillan, Taller David Cayuqueo, Mauro
Rojas, Grupo La Zaranda, Cecilia Caniuman, Marjorie Huaiqui, Olga (La Garza),
Fabián Lira, Carlos Coche, Pedro Cural, Daniel Huencho, Washington Canales,
Marina Reyes, David, Dominga Quintupill, José Raguileo, Herman Torres, Oscar
Nahuelhual, Jake Rekedal, Marcelo Azúa, Genoveva Reuca, Mabel Raguileo, Carina
Raguileo, Pato Melillanca, Guillermo Jaque, Juana Ñanculeo, Isabel Espinoza,
Margarita Raguileo y varios/as más…También a los dirigentes locales Teresa
Licanleo y Juan Paillafil.
Este
blog seguirá abierto para contar sobre otros asuntos relacionados con Saltapura
y sus alrededores.
No hay comentarios:
Publicar un comentario