viernes, 28 de agosto de 2020

MEMORIAS DE UN PIZARRÓN

 



Por Erwin Quintupill[1]

A mediados de 1982, egresé de la Universidad de Concepción. Casi enseguida, me acerqué a la AGECH (Asociación Gremial de Educadores de Chile) y me integré legalmente a ella. Ya sabía que el Colegio de Profesores era un organismo controlado por la Dictadura como todos los demás existentes, con la excepción de los clandestinos y de aquellos que surgieron de allí.

Hace un par de años me contactó una persona desconocida para mí, solicitándome colaboración en un proyecto del que estaba a cargo, consistente en recuperar parte de la historia de la organización mencionada en Concepción. Accedí y entregué mi testimonio por escrito, de acuerdo a lo solicitado.

Tiempo después, me llegó un libro curiosamente de tapas negras y letras blancas, emulando el pizarrón que utilizábamos en ese tiempo para el desarrollo de nuestras clases. Su autora es Paula Leonor Cisterna Gaete, quien contó con financiamiento del FONDART Regional 2017.

A quienes protagonizamos ese tiempo, sin lugar a dudas, nos emociona revisar los testimonios de varios/as de los nuestros/as, conocidas de ese tiempo. Nos encontrábamos regularmente en la sede de la organización; pero, desconocíamos lo que cada quien hacía clandestinamente. Sabíamos que así es como vivíamos. Sin embargo, me resultan conmovedores parte de los relatos de Rita Rivera (Comunal Penco), Luisa Valenzuela (Comunal Concepción), Alejandro Sepúlveda y Sara Barrera (Comunal Talcahuano) y muchos más.

A los profesores jóvenes les vendrá bien conocer esta parte de la historia del Magisterio, lo mismo que a cualquier persona, para que entienda que existe un sector del profesorado que ni antes ni ahora ha sido cómplice de la oligarquía gobernante, aún cuando una parte importante de los militantes de la AGECH lo eran también de Partidos políticos. Pero, hablamos de un tiempo en que todos /as nos jugábamos la vida. Unos más que otros/as, claro. Manuel Guerrero (Presidente del Consejo Metropolitano) no sobrevivió y fue asesinado junto a otros dos militantes de la resistencia en marzo de 1985, al día siguiente de haber sido secuestrado desde la puerta del establecimiento educacional en que trabajaba, junto a José Parada, apoderado e hijo de dos grandes figuras del teatro chileno (Roberto Parada y María Maluenda). Junto a ellos también fue asesinado Santiago Nattino. Fue una época triste; pero, emotiva. No había tiempo para descansar… Me pregunto: ¿Qué será de la profesora Josefina? La última vez que supe de ella, me dijeron que estaba prisionera en Argentina. ¿Qué será de mi compañera y amiga Brenda? ¡Qué ganas de volverla a ver!

***

Este libro[2] se inicia dando algunos antecedentes históricos referentes a la educación oficial, citando la Constitución de 1833. Continúa haciendo referencia al estado en que se hallaba la organización de profesores en Dictadura (Colegio de Profesores AG), con dirigentes nominados desde el poder central, absolutamente antidemocrática y obligatoria (la ley de entonces mandaba que todos los profesores/as fueran parte de él y aportaran el 1% de su ingreso mensual, mediante descuento por planilla).

Posteriormente, se dedica a exponer el trabajo de quienes dieron vida a la AGECH y las principales acciones que nuestra organización desarrolló en sus seis años de existencia.

Expongo a continuación algunos testimonios:

1[3]

No era militante de partido, pero como profesora tenía plena conciencia de la difícil realidad de mis alumnos y colegas. Jorge era socialista, y a pesar de la dictadura, era muy activo políticamente. La primera participación que yo tuve de estas cosas, fue cuando Jorge me invitó a una reunión a Concepción, a calle Freire. Había un grupo de personas y era más bien política la reunión, no sólo había profes, había de todo en esa oportunidad. Y ahí me acuerdo que se habló de que los profesores estaban siendo muy maltratados, que tantos compañeros habían sido encarcelados o que habían quedado sin trabajo, entonces de allí como que prendió un poquito la idea de organizarse y eso fue el 78 parece. Esa fue la primera vez que participé en algo así, era algo clandestino. (Victoria Sánchez, profesora de Castellano, 2017).”

2

La municipalización de la educación nos da el pretexto para organizarnos porque no podíamos reunirnos como anti Pinochet pero sí defendiendo la educación pública, porque nos cambió la relación. Después  de eso vino el plan Piñera y el Plan Laboral, los profesores pasamos a ser basura. No había estabilidad laboral, el alcalde te podía echar por cualquier cosa. (Olimpia Riveros, 2017).”

3

“El primer espacio que ocupó el Consejo Comunal de Lota fue una oficina pequeña que se ubicaba en el segundo piso de una farmacia antigua, luego ocuparon por largo tiempo una sala que se encontraba en el Sindicato Lota Green que no era de mineros, era de ladrillos, nos prestaba una piecesita. Recuerdo que teníamos una pareja de carabineros de civil frente a la puerta y ahí se quedaban hasta que salíamos, para intimidarnos indudablemente y para pedirnos que le entregáramos copia de los acuerdos de nuestra reunión porque tenían que entregárselo a “mi capitán Elgueta”, así decían ellos. (Moisés Vergara, 2017).”

4

“En la noche armaba mi imprenta clandestina, sacaba de debajo de mis cama mis cuestiones y me ponía a hacer panfletos, “abajo la dictadura”, “educación pública”  y así distintos eslogan de demanda. Entonces cuando ya tenía un turro salíamos en la noche a tirar panfletos con la Jaqueline Fonseca que también vivía en Penco. (Rita Rivera, 2017).”

 

El proyecto también consideró la recuperación de parte del archivo audiovisual que lideró el profesor Rolando Canteros y que se denominó CETEA (Centro de Televisión Educacional Alternativa), acompañado de un pequeño grupo.

“Cuando Rolando Canteros creó esta historia, que tenía la finalidad de reportear en la misma AGECH se hizo un cuarto oscuro y ahí revelábamos nuestras fotos, éramos como cuatro personas que apoyábamos ese trabajo. Trabajábamos con otro profe igual, que se llamaba Arnoldo, también trabajaba con nosotros Horacio y Alonso Carrasco. (Brenda Bustos, 2017).”

https://www.youtube.com/watch?v=Jd_etSpmoGs&fbclid=IwAR2c2fiRkKeOo8-RLa51yh_DqhBSaGk0A0Idy1xfNjO9PYf4jsoU6G_BUU4


Desconozco donde se le puede obtener. Tampoco sé si existen ejemplares disponibles. De cualquier modo, ojalá estuviera en formato pdf.

 

Mi agradecimiento a quienes hicieron posible rescatar esta parte de la memoria del movimiento del magisterio, no por lo personal, sino porque siempre es necesario volver sobre la historia para desarrollar nuevas estrategias para estos nuevos tiempos, ahora pandémicos y con la posibilidad de producir algún cambio aceptable en la Constitución Política.

Agosto, 2020.

 



[1] Escritor y ñimikafe, profesor de Biología y Química, profesor de Educación Básica y Licenciado en Educación.

[2] Cisterna Gaete, Paula Leonor. Memorias de un Pizarrón. Reivindicando la AGECH. Provincia de Concepción. 1981-1987. Financiado por FONDART Regional 2017. Primera edición. Concepción, 2019.

[3] La numeración es mía.

lunes, 17 de agosto de 2020

LA OLIGARQUÍA Y NOSOTROS FRENTE A LA CRISIS

 


Por Erwin Quintupill

Observación previa: Este texto fue escrito para compartirlo especialmente a mis parientes y vecinos que están interconectados por medio de redes sociales. Agradeceré comentarios críticos que me permitan mejorar el uso de la palabra.

 

Debemos entender la oligarquía como los grupos humanos que poseen los bienes de producción (empresarios de todo tipo[1]), tales como: forestales, mineras, vitivinícolas, lecheras, salmoníferas, agrícolas, inmobiliarias, eléctricas, de agua, de transporte[2] y más). Ellos mismos son quienes han manejado y manejan las reglas con que la ciudadanía toda ha de vivir. Por eso hay que tenerlos en consideración cuando enfrentamos una crisis como la del covid19 o cualquier otra, porque en esos casos, ellos (la oligarquía) estarán atentos con relación a cómo enfrentarla desde su particular punto de vista, es decir, desde las ganancias que le entregan sus empresas.

Es sabido que el actual gobierno ha generado las condiciones para que las empresas se acojan a una tabla de salvación para proteger sus intereses. Sin embargo, como otra consecuencia muchos trabajadores y trabajadoras han perdido su trabajo, quedando en desamparo ellos/as y sus familias.

Lamentablemente, frente a cualquier tipo de crisis, el Estado – en general – se pone del lado de la clase empresarial. Y no es de extrañar, ya que nos hemos enterado en los últimos años que el empresariado financia las campañas electorales de los candidatos/as por los que la ciudadanía vota. Antes lo suponíamos; era lo que se llama “un secreto a voces”. Pero, también debemos considerar que la clase empresarial educa a sus hijos/as para que se hagan cargo de administrar el país, ingresando a cualquiera de los tres poderes del estado (ejecutivo, legislativo y judicial) o a otros espacios de poder, como las Fuerzas Armadas y la Iglesia católica (curas influyentes y protectores del sistema).

¿La salud? El Estado ha ordenado realizar cuarentenas, aunque tarde dicen las autoridades locales, y también han implementado barreras sanitarias en las localidades en que han surgido importantes focos de contagio.

Pero, al mismo tiempo, nos hemos informado que:

- Los ventiladores, necesarios para mantener con vida a los enfermos graves de covid19, no estaban comprometidos con China en la cantidad que el ministro de salud informó. Dijo que llegarían mil de ellos en poco tiempo. Sin embargo, el embajador chino en Chile dijo desconocer tal acuerdo… Finalmente, se informó que eran mucho menos, ni siquiera la mitad de lo anunciado. El problema es que este hecho genera desconfianza de la ciudadanía hacia la autoridad… una vez más.

- Los túneles sanitarios son útiles en superficies inanimadas, no en personas u otros seres vivientes. Científicamente, no está recomendado su uso. Su instalación no está normada, ni su uso. Por ejemplo, no se sabe qué cantidad de cada sustancia ha de tener la mezcla, ni qué cantidad es recomendable aplicar y cuánto tiempo dura su efecto, entre otras. Los líquidos que utilizan son un tipo de amonio, hipoclorito de sodio (comúnmente conocido como cloro) o algún tipo de jabón. En algunas personas puede provocar irritaciones, y en otras empeoramiento de los problemas respiratorios.

- Se insistió en el pronto retorno a clases de los miles de niños y niñas, partiendo por las escuelas rurales, lo que da a entender el ¿desconocimiento? que tienen respecto a las condiciones en que se realizan y aún sabiendo que ellos/as se transformarían en vectores del virus, es decir en vehículos que lo llevaría hasta sus hogares y a todos los sitios que frecuentan. Uno se pregunta ¿cuál era la idea? ¿Acaso se quiso terminar con gran parte de la población de adultos mayores, por considerar que su mantención pone en riesgo el crecimiento económico? (Los viejos empezamos a guardarnos y hemos demostrado ser más disciplinados para cumplir con las recomendaciones de cuidado).

Muchos de los profesores y profesoras viajan desde la ciudad a trabajar en las escuelas rurales, como también muchos de los estudiantes. Ellos son posibles vectores por medio del cual el virus puede ingresar a la población rural que – mayoritariamente – ha estado libre de contagio. Nuestros peñi y lamgen pewence de Lonquimay y Alto Bío Bío estuvieron contagiados. El virus se llevó un par de ellos; pero, sabemos que con posterioridad no ha habido nuevos casos. Me atrevo a  pensar que en el resto de los territorios mapuche ocurre algo semejante… y no todos son viejos o viejas. Lo que pasa es que estamos demostrando mayor disciplina.

Parece que al gobierno y – en general – a la oligarquía que representa les gusta su normalidad. Pero, hay que considerar que lo que hemos considerado como normal ya no volverá a serlo. Cuando la crisis haya pasado, estaremos en la tarea de construir una nueva normalidad y hablo en primera persona (nosotros) porque no se trata de dejar que la clase gobernante lo haga (a su pinta).

El problema de fondo es de qué modo le hallamos el lado positivo a la crisis, porque “no hay mal que por bien no venga”, dice el refrán. Esto quiere decir que por muy mala que se nos dé la situación, debiéramos buscar la forma de volver a construirnos de modo que quedemos mejor parados, de entender que en medio de esta crisis está la oportunidad para nosotros, empezando por comprender en dónde nos aprieta el zapato y por qué.

Es necesario tomar conciencia del daño que se nos genera al aplicar políticas de emergencia que favorecen al empresariado y que  nos dejan peor, no sólo porque los muertos que el virus va dejando son de los nuestros sino también porque el costo para la reconstrucción se paga con nuestro esfuerzo. Considérelo al momento de votar, cuando sea convocado. Fortalezca su organización. Ese es un espacio en que estos asuntos debieran ser tratados.

 

Cuídese.

El virus posee mecanismos para llegar a usted, si no toma precauciones.

Entre otras cosas:

- use la mascarilla de modo correcto, cubriendo sus vías respiratorias (la nariz).

- comparta información comprobada, no ayude a generar alarma;

- sea solidario con los más adultos y con quienes no disponen de un medio de locomoción para realizar compras y trámites;

- converse en familia; cuide a sus niños/as y hágase responsable de sus aprendizajes, es decir, ayúdeles a estudiar.

- procure mantener sus actividades normales, si le es posible.

- si posee conocimientos de medicina mapuche (o de otro tipo) que ayuden a fortalecer su sistema de defensa, póngalos en práctica y busque la forma de compartirlos.

- busque la forma de organizarse comunitariamente para el futuro incierto que se nos viene (sin omitir todo lo que no es humano).

- haga gijatu, fortalece el espíritu y el organismo.

 

Un abrazo virtual para todos/as.



[1] No considerar a los denominados microempresarios como los dueños de pequeños negocios o emprendimientos menores.

[2] No incluir a los pequeños transportistas como los independientes.

miércoles, 4 de marzo de 2020

A RESCATAR QUE EL MUNDO SE VA A ACABAR

 El orden natural en el wixal: a propósito de los trabajos complacientes

Por Erwin Quintupill[1]

Historia Mapuche significa retomar nuestro pasado bajo nuestra propia epistemología y construir nuevos conocimientos a partir de nuestra cultura[2].

Cuando era joven, allá en Concepción y Talcahuano, me aproximé a y llegué a ser parte de la actividad cultural, artística y política como una forma del quehacer de la izquierda militante de entonces, porque nuestra organización (Centro Cultural Mapuche[3]) no nos convocaba al trabajo de resistencia a la dictadura en las calles, al interior de las poblaciones y los demás espacios que habitábamos como estudiantes y/o trabajadores. Yo había emigrado en marzo de 1969, para estudiar, y sólo regresaba a casa durante las vacaciones de verano.

En ese tiempo escuché por primera vez la expresión rescate cultural, haciendo referencia a valorar ciertas costumbres de la vida campesina chilena y algunos valores como la solidaridad y el compromiso de clase. Esto último en un contexto más político. Sin embargo, no se realizaban discusiones con relación a qué específicamente íbamos a entender como cultura, rescate cultural, valores, etc., cuestión que era necesaria… Pero, estábamos en dictadura, es decir, permanentemente vigilados, de manera que había que hacerlo clandestinamente o, en el mejor de los casos, contar con el apoyo de algún grupo religioso que facilitara las dependencias de la parroquia o templo[4].

Así, entonces, en un ambiente de poca claridad conceptual, trabajábamos en el rescate cultural con la brújula averiada. En realidad, en la mayoría de los casos, era alguna organización política quien daba la línea a seguir y… por allí marchaba el grueso de las organizaciones culturales y artísticas de la época.

En la actualidad, sigue haciéndoseme necesario reflexionar y actuar al respecto; es decir, de nuevo cabe la pregunta ¿qué rescatar? ¿por qué rescatar? ¿para qué? ¿cómo? ¿con quién/es? ¿dónde?, y de estos asuntos quiero referirme desde el mundo de los tejidos a telar, principalmente sus diseños o dibujos.

La sociedad mapuche, lo mismo que las demás, generó conocimientos mediante una construcción en la que participan varias/muchas personas de modo directo o indirecto. Tal es el caso del telar mapuche y sus técnicas de urdido y posterior tejido. También el de los diseños o dibujos que en él se logran y las llamadas prendas conseguidas por medio del telar.

Hablamos de un conocimiento único, mapuche, situado al interior del territorio de Chile y Argentina, pues es diferente a todos los demás existentes allí. Nuestro telar, llamado wixal por nosotros, se caracteriza porque su estructura principal requiere ser apoyada sobre una pared, que la sostenga. Sus herramientas se asemejan a las de otras formas de telar; pero, siguen siendo únicas. Hasta hace poco se trabajaba exclusivamente con lana de oveja[5] y las tinturas se lograban utilizando materiales existentes en el sector que habita la persona gvrekafe[6]. Por último, existen tres formas básicas de urdido que varían en su forma de ser trabajados, según cada territorio al interior de Wajmapu[7].

El territorio

En Wajmapu era y es posible reconocer diferentes territorialidades que se complementan; pero, que sus habitantes reconocen y respetan. Esto puede observarse en la estructura del gijatun y otras ceremonias; en las técnicas de trabajo; en la gastronomía; en la alfarería y otros oficios; en el vestuario, particularmente en los diseños y colores[8]que aparecen en prendas como mantas masculinas, el xarilogko masculino, los xariwe femeninos y masculinos, etc.


Xariwe (faja) femenino de la zona de Arauco en Gulumapu.

Gran parte de este conocimiento se ha perdido o se está perdiendo, debido a la presión que la chilenidad gobernante – instituciones mediante – ejerce sobre nuestras expresiones culturales y principalmente – en nuestro caso – por el desconocimiento de cómo iniciar un proceso de descolonización del pensamiento. Alguien dirá, que antes hay que darse cuenta de que nos han colonizado la forma de pensar y de cómo lo han hecho… y estoy de acuerdo.

Estas diferencias territoriales no son difíciles de comprender si se tiene en consideración que nuestro antiguo territorio se caracteriza por lo extenso y diverso, y en consecuencia las territorialidades se configuran ajustándose a tales características; es decir, desde ese espacio nos construimos. Los distintos elementos que forman la Naturaleza que habitamos y de la que somos parte nos modelan. Me refiero a la presencia de ríos, lagos y mares, de bosques, montañas y llanos, de animales y vegetales, de todas las formas de vida y al contacto con otros grupos humanos o pueblos. Así, entonces no es de extrañar que la imagen del pewen esté presente en la textilería pewence, aunque ese árbol también exista en la zona de Nahuelbuta o que la flor del chilco sea parte de la decoración de mantas masculinas de diferentes zonas.

El orden natural

En la cosmovisión mapuche se entiende que todo lo existente tiene vida, porque todo se manifiesta; en la cosmovisión occidental, de acuerdo al conocimiento científico, sólo tiene vida aquello que respira, se alimenta, se reproduce, posee movimiento y percibe lo que ocurre en su entorno. Entonces, fácilmente podemos concluir que los conceptos vida y mogen no son equivalentes, sino más bien aproximados[9].

El conocimiento mapuche al igual que las Ciencias Naturales – la ecología, en particular – entiende que cada uno de los elementos que constituye la Naturaleza ocupa un espacio determinado. Nada se sitúa en cualquier lugar. Cada elemento de la Naturaleza toma una posición de acuerdo a sus necesidades. Por eso, hay plantas que viven dentro del agua en forma temporal o permanente y animales que viven en los árboles y otros bajo el suelo.

¿Y los elementos que el conocimiento científico occidental no reconoce como vivos? Pues, el agua no se distribuye de manera homogénea en el planeta; hay sitios con más o menos humedad; existen las aguas acumuladas y sitios en que su escasez es extrema. Las piedras tampoco están por todos los sitios. La luz solar va cambiando así como avanza el día y la oscuridad también. Los astros cambian de posición; la Luna influye en el comportamiento de todo lo viviente y las actividades productivas deben adecuarse al suyo.

La estrecha relación existente entre los distintos componentes de la Naturaleza, hace que los mapuche comprendamos que cada uno de ellos cumple un rol o función. O sea, que todo se halla entrelazado, por eso es que nos complementamos y llegamos a constituir un equilibrio necesario para todos. Pero, como todo lo existente es dinámico, tal equilibrio es frágil y puede romperse, y así ocurre frecuentemente de modo poco perceptible y a veces de manera brutal, como es el caso de las erupciones volcánicas, sismos, inundaciones, lluvias o sequías interminables, tsunamis entre otras manifestaciones. En tal caso, la comunidad mapuche decide y organiza un gijatun de emergencia.

Las actividades que ordinariamente realizamos debieran adecuarse a ese entramado, respetar el orden naturalmente establecido. El compromiso renovado en cada gijatun apunta a ello: a respetar el azmapu, ese conjunto de normas que la Naturaleza nos ha enseñado y que nosotros hemos sistematizado. Más aún, todas nuestras creaciones deben responder a esas exigencias, el trabajo del telar incluido y todo lo concerniente a él.

Los diseños del telar como medio de expresión

Todos los diseños o dibujos que surgen del telar dicen algo, es decir, fueron creados para decir algo, para significar, para representar o simbolizar. Sin embargo, me cabe la pregunta ¿cómo llegaron al lugar en que podemos observarlos? Para ello, debiéramos separar los tiempos: el antiguo y el actual o el que comenzó a partir del proceso de chilenización, una vez perdida la guerra contra el Estado chileno.

Los diseños antiguos se hallan en los museos y colecciones particulares, y en algunos casos en la memoria de alguna ñimikafe[10]. Los diseños actuales son difíciles de identificar, porque no existen datos de autoría; pero, si no se encuentra en ninguna prenda antigua, podemos suponer que lo es.

Asumiendo que en el mundo mapuche todo responde a un orden naturalmente establecido, también los diseños logrados en el telar se adecúan a ese principio. Así, entonces podemos identificar diseños en vestuario masculino y femenino, enseres domésticos, enseres para la monta de caballo. Otras subcategorías son el uso cotidiano y ceremonial, y la edad de las personas.

Vestuario masculino

Niños

En otro tiempo usaban chamal[11].Era de un solo color y estaba sujeto a la cintura por un xariwe sencillo, delgado, de un color o dos que formaban líneas verticales u horizontales o pequeños cuadrados. (En muchos casos el xariwe era un cordón confeccionado con hilo de lana de oveja, torcido o trenzado o, incluso, una tira de género cualquiera).

La manta, antes y en la actualidad, es siempre sencilla, de un solo color o con diseños muy simples. “Puras rayitas[12], no más, o ese terrón de azúcar”, dice Zoila Huilipan de Saltapura.

El xarilogko no lleva dibujos complejos y suele ser de un color o posee líneas o kvlehxaru[13] (cola de traro).


Diseño listado que recuerda un arco iris.


Diseño denominado "terrón de azucar" en nuestra zona.

Adolescentes y adultos jóvenes

Cuando los niños muestran los primeros signos de maduración sexual, los padres debieran preocuparse de mandarles a confeccionar un xarilogko con dibujos[14] que en adelante señalará su condición de hombre fértil y que usará en encuentros de palin y otras ceremonias como el gijatun.

Su manta aumentará de tamaño y puede ser de un solo color o llevar listas al costado y al centro, o incorporar dibujos sencillos, para reforzar con esas imágenes las energías que ahora le movilizan.

Si usan xariwe o faja a la cintura que antiguamente tenía la función de sujetar la ciripa[15], éste debe llevar diseños que lo diferencien de los niños o puede ser de un solo color, pero ancha[16].

Hombre adulto

Para el uso cotidiano su vestuario puede ser de un solo color o llevar diseño si lo prefiere; pero, es recomendable que en situaciones de ceremonias su manta, xariwe y xarilogko sean altamente elaborados con dibujos notablemente complejos y logrados por gvrekafe de mucha experiencia.

Hombre autoridad

Por tratarse de logko o maci, su vestuario debe diferenciarse de los restantes hombres, simbolizando su rol. Todos los diseños que use debieran ser altamente elaborados, ya sea con la técnica welukvzez[17] o xarin (mantas amarradas).
En situaciones cotidianas, su vestuario puede ser sencillo.


Diseño de manta que realizaba Carmela Ñancupil Lienleo de Saltapura (Gulumapu).

Vestuario femenino:

Niñas

Al igual que los niños, ellas debieran llevar vestuario de un solo color o que incorporan listas verticales, cuadros pequeños (terrón de azúcar) y/o rayas horizontales (kvlehxaru = cola de traro).

En otro tiempo, llevaban un chamal sencillo, sin adornos.

Adolescentes y adultas

Xariwe: La madre debiera preocuparse de confeccionar o encargar su confección, y entregárselo a su hija después que haya menstruado por primera vez, en una ceremonia íntima. Así, entonces, los diseños que toda mujer adolescente, joven o adulta viste, indican claramente esa condición, su fertilidad y/o condición de adulta; pues después del climaterio, ellas conservan su uso.


Xariwe femenino de la zona que abarca Teodoro Schimdt hasta Nueva Imperial,aproximadamente. Se caracteriza por poseer dos diseños

Kvpam o chamal: En otro tiempo era confeccionado en el telar con hilo blanco y fino. Ya terminado era sometido a tinción de color negro. Según el territorio puede llevar en el borde inferior una pieza de terciopelo negro o de otro color; en todos los bordes un bordado con lana roja o de otro color; o en las esquinas inferiores, pompones. En la actualidad, se ha ido imponiendo el uso de tela industrial, de distinta textura según la época.

Vkvja o reboso: Era confeccionado en el telar y su diseño era muy semejante al que actualmente se utiliza. Este último es de origen industrial.

Enseres para la monta de caballo

-   Aquellos que se ubican bajo la montura: Los peleros pueden ser de un color cualquiera o tener dibujos simples (listas o cuadros o rectángulos pequeños). El uso de sudaderas o maxa se conserva en pocos lugares y generalmente poseen dibujos muy elaborados, de preferencia con la técnica gvpvh[18].

-    Aquellos que se ubican sobre la montura: La literatura especializada las llama “chañuntuku”. En nuestra zona se llaman japa (llapa). Se trata de un mosaico, realizado con trozos de hilo que se anudan al urdido, y pueden ser de un solo color o llevar diseños simples, pero vistosos.

-       Las “fajas” con cascabeles que llevan sobre el pecho, durante una ceremonia como el gijatun.

-  Unas pequeñas cintas sobre la frente para determinadas circunstancias no especificadas por la informante que las mencionó[19].

-         Las kutama o alforja son dos bolsas que se tejen a partir de un solo urdido, unidas por huinchas. Se atan a la parte trasera de la montura y sirven para portar las compras, encargos y el rokiñ.

Enseres domésticos

Todos aquellos que se utilizan en el interior de la casa y que pueden ser llevados a otros espacios, como los ceremoniales.

-  Frazadas (ponxo): Pueden ser de un solo color, llevar listas verticales que representan un arco iris y/o líneas horizontales (kvlehxaru). La terminación en los bordes puede ser del mismo color que el campo o de otro, y en las puntas pueden o no llevar un adorno semejante a un moño pequeño.

-       Diferentes tipos de alfombras (lama): Pueden ser de un solo color y cualquiera o dibujadas con diseños complejos. Preferentemente, se utiliza el urdido gvpvh en su confección.

¿Equilibrio o desequilibrio?

El equilibrio dice relación con entender cuál es el espacio y el tiempo que le corresponde a cada forma de vida, como también el rol que le cabe en el colectivo humano y en la Naturaleza.

Cada hombre y cada mujer debiera reforzar aquellos signos que le identifican, el vestuario entre muchos otros, así sea para asistir a una ceremonia y nada más.

Cada madre y cada padre debiera reflexionar respecto del vestuario que le aporta y/o sugiere a su hija o hijo pequeño en situaciones de encuentro social o ceremonial. ¿Cómo? Pues, entregando elementos que permitan fortalecer la identidad de la niña o niño (género, edad, roles…), para que llegue saberse parte de un pueblo[20]; en nuestro caso, para que se identifique como mapuche.

El trabajo complaciente

No es otro que aquel que complace al cliente, en una lógica mercantil capitalista; es decir, confecciono lo que me piden sea o no correcto, y no pregunto ni comunico acerca de los significados. En otras palabras, le resto valor cultural al objeto, le quito el sentido y lo transformo en algo absolutamente decorativo.

Diferente es  el trabajo innovador que basándose en el conocimiento mapuche (mapuce kimvn) genera nuevos objetos y/o modifica algunos existentes, con el propósito de adecuarlos a las necesidades actuales. Por último, el gusto por algo – siendo subjetivo – experimenta cambios a lo largo del tiempo, también.



PERDÓN... POR AQUÍ PASÓ LA CIVILIZACIÓN: Tapiz que recrea el proceso civilizatorio emprendido por los Estados chileno y argentino y sus consecuencias.
Autor: Erwin Quintupill
Técnica: Gvpvh ñimin
Materiales:Lana de oveja de color natural y tinturadas con kañun (líquen) barba de palo y hojas de durazno.


***

Finalmente, puedo responderme:

¿Qué rescatar?

Todo aquello que en algún tiempo tuvo significado, lo haya perdido o no.

¿Por qué rescatar?

Es útil para entender cómo se construyó parte de nuestro pasado y verificar si en la actualidad es posible reactivar su funcionalidad. (Recurrir a la memoria es siempre necesario, cada vez que se pretende construir futuro).

¿Para qué?

Para el reforzamiento de nuestra cultura, para el fortalecimiento del desarrollo de un pensamiento político propio y sólido; para allegar insumos de calidad a la discusión intercultural y para la construcción de nuestro futuro.

(Todo lo rescatado puede ser insumo para diversas acciones, ya sean del ámbito productivo, social, artístico, político o espiritual).

¿Cómo?

Principalmente, a través de la reactivación del gvxam (conversación) mapuche; pero, también incorporando técnicas de la investigación científica occidental. Se hace necesario registrar las actividades para facilitar su procesamiento y posterior difusión.

¿Con quién/es?

Preferentemente, con quienes son portadores del saber tradicional (mapucekimvn), los kimce, aunque también – en ciertas circunstancias – los más jóvenes y los niños/as. Y con otros interesados, mapuche o no, con experiencia en alguna área de investigación, idealmente para formar equipos de trabajo.

¿Dónde?

En la memoria mapuche, en nuestro territorio (puelce y guluce); en los museos y bibliotecas y otros espacios que guarden información al respecto.




[1] Residente en Saltapura lof, Gulumapu (Nueva Imperial, Chile).
[2]Mariman, Caniuqueo, Millalen y Levil (2006) ¡…Escucha, winka…! Cuatro ensayos de Historia Nacional Mapuche y un epílogo sobre el futuro. 1ª edición. LOM Ediciones.
[3]Me refiero a la filial de Concepción, formada en ese tiempo por un grupo de unas 25 personas, provenientes de diferentes lugares del país, algunos wariace, hombres y mujeres, estudiantes y trabajadores, la mayoría sin militancia política ni estudios superiores. Posteriormente, en 1980, pasó a llamarse Asociación Gremial de Pequeños Agricultores y Artesanos Ad Mapu.
[4] A las generaciones jóvenes actuales puede parecerle exagerado; pero, en ese tiempo la sola palabra cultura dicha en público resultaba sospechosa. Existía el riesgo de ser oído por algún agente de la DINA y que se iniciara un proceso de seguimiento, pues asumían que sólo la gente de izquierda utilizaba esa clase de conceptos.
[5] Antes de la llegada de la oveja, traída por los españoles, se utilizaba el pelo o lana de un animal que – de acuerdo al testimonio de algunos cronistas – nuestros antiguos llamaban “chilihueque” o “hueque”.
[6] Persona experta en tejido o en tejer utilizando el telar. (Para escribir en mapuzugun, utilizo el Grafemario Raguileo. Por ejemplo: mapuche, en castellano; mapuce, en mapuzugun).
[7] Territorio ancestral mapuche.
[8] “…incluso el color. Si una familia lograba un color determinado que fuera muy aceptado, ellos guardaban el secreto de cómo se lograba.” (Testimonio de María Teresa Curaqueo Loncon en “Voces Mapuche. Mapuche Dungu”. Museo Chileno de Arte Precolombino, 2002. Editores: Carlos Aldunate y Leonel Lienlaf).
Para los tiempos antiguos el concepto de familia era correspondiente al de lof. Probablemente, el uso de un tono de color determinado se hacía extensivo a un territorio más amplio, por ejemplo, el ayjarewe, debido al comportamiento político de esa época.
[9] Esto debiera llevarnos a pensar o a reflexionar respecto a la calidad de las traducciones del mapuzugun al wigkazugun castellano que hemos aprendido e instalado en nuestro imaginario. Por ejemplo preguntarnos ¿quiénes las hicieron?, ¿con qué propósito?, ¿con qué método?.
[10] Persona experta en las técnicas del ñimin o de los dibujos hechos a dedos en el telar. Al parecer, en el tiempo antiguo fueron ñimikafe solamente las mujeres; en el actual, existimos algunos hombres que dominamos esas técnicas, también.
[11] El autor de este artículo fue usuario de chamal.
[12] Las “rayitas” que menciona la señora Zoila pueden estar dibujadas en sentido vertical u horizontal, adquiriendo así diferente significado.
[13] Llamado así por que semeja al dibujo de la cola del traro.
[14]En general, el vestuario “cargado” de dibujos es adecuado y bienvenido en ceremonias de cualquier tipo. Se asume que ellos refuerzan las energías que se quieren movilizar a favor de la restitución del equilibrio natural. Lo mismo ocurre con el vestuario tradicional femenino, ya que a las mujeres que lo llevan las sitúan en la primera fila, durante la ceremonia del gijatun.
[15] Ciripa: En la actualidad, algunos jóvenes han rescatado el uso de esta prenda, sólo en espacios ceremoniales.
[16] Aproximadamente, 10 cm en promedio.
[17] El urdido welu kvzez es aquel que permite diseños visibles por ambos lados de la prenda (dos vistas o positivo/negativo).
[18] Se distingue porque para lograr los diseños las hebras que dibujan deben ser levantadas por encima de las que forman el campo. Este último permanece inalterable. Los dibujos son claramente visibles por solo un lado de la prenda.
[19] Dato aportado por Zoila Huilipan de Saltapura, comuna de Nueva Imperial, Gulumapu.
[20] La escuela chilena y los medios de comunicación han incorporado la práctica de disfrazar de adultos a los niños en situaciones como la celebración del 18 de septiembre. También está ocurriendo en actos escolares para “celebrar el we tripantu”. (En rigor, la ceremonia se denomina wvñol xipantu y no se trata de una celebración propiamente tal, sino de una conmemoración en que se renuevan compromisos con la Naturaleza). Si se tratara de una representación teatral, una dramatización o algo por el estilo, no hay problema.

viernes, 12 de abril de 2019

4a MUESTRA CULTURAL



De nuevo esa sensación de que la maravilla del fuego te rodea y se transforma rápidamente en miedo, y te viene la idea de abandono, la evidencia clara de tu marginalidad y muchas otras sensaciones, todas relativas a sentirte postergado.

El fuego es democrático, no hace distinciones. Junto a su amigo el viento, comienzan una danza terrorífica para nosotros. Tú los puedes ver como amantes en el clímax de su encuentro, arrasar con pastizales, devorar cercos, matar diversos tipos de animales y vegetales. Los árboles añosos quemándose, crepitando sus hojas y sus ramas es una visión que no quiero repetir…

Estoy hablando del día en que inauguramos la 4ª Muestra Cultural en Saltapura, momento en que aún optimista, podía notar cierta posibilidad de drama e incluso de tragedia. Nos preparamos del mejor modo que concebimos la seguridad de los participantes y del público que nos visitaría. Queríamos dar la sensación de ser responsables.

El público comenzó a llegar. Inauguramos a eso de las 13.00 horas. Antes ya notaba cierta descoordinación entre nosotros. Por la mañana, más temprano. Algo no está saliendo bien me dije; sin embargo, la función debe comenzar y desarrollarse… Y, de pronto se hizo notar la presencia de una columna de humo hacia el lado este y cerca de nosotros. El viento nos favorece, me dije. Por eso hablé con unos pocos y la idea fue no alarmar a nadie. Actuaron los Meli Kvrvf. Llegó el peñi Javier Milanca y el dúo Kuyfi Newen… y mientras el programa se desarrollaba, la inquietud se fue haciendo más intensa, porque comenzó a ser perceptible por todos, y los teléfonos empezaron a ser usados hablando con los que habían partido al sitio del incendio, con la intención de ayudar a apagarlo. Hubo un instante en que supe que estaba solo, junto a los expositores y parte del público que iba disminuyendo… Mis demás compañeros, andaban todos ayudando por Quilaco. Edith y su familia dejaron todo su material en su stand y partieron a salvar lo suyo, el campo, la casa, los cercos, los animales… lo que se pudiera salvar… pues, viven en el sector aquel.

Así es como reacciona la gente, apareciendo por todas partes, con herramientas, con ramas verdes, con agua en bidones para quienes trabajan, porque los cuerpos se deshidratan luego, debido a la temperatura alta que todo lo envuelve…

Y los que nos quedamos, tratábamos de continuar; pero, llegó el momento en que debí interrumpir la actuación de Kuyfi Newen, porque el fuego se veía cada vez más cerca y había confusión por informaciones cruzadas y poco claras respecto de quienes estaban siendo afectados directamente y hacia dónde se dirigían las llamas. Existía la posibilidad que la zona norte de Saltapura se quemara; pero, no fue… menos mal. Sin embargo, en Quilaco se quemó una casa y en Hueychahue la de una prima y la de un tío. Nadie resultó herido de gravedad.

Conversando, decidimos hacer un jejipun en el patio de la sede y le pedimos a todos los que estaban que nos acompañaran. Nos sentíamos algo culpables, debido a que esa mañana no hicimos ninguna ceremonia como lo habíamos conversado. Después, más tarde, alguien lloró con breve desesperación y… “tratemos de mantenernos tranquilos… el fuego no nos llegará, el viento sigue soplando hacia el norte…”

Y en eso, llegaron algunos de los artistas… debido a la emergencia, nos habíamos descoordinado… Daniela Millaleo alcanzó a llegar. Lo mismo, parte de los Werkenes del Amor. De Janmanque no se supo nada… el almuerzo que se preparó para ellos y ellas quedó listo y abandonado… Por la noche nos servimos esa comida, antes de irnos a casa, sin tener claro acerca de cómo enfrentar el día siguiente. Unos pocos pensaban en cerrar todo y otros creíamos que debíamos estar, por el público que pudiera llegar…

Y, así fue. Llegó gente y los puestos de gastronomía debieron ponerse a trabajar. Llegó parte de los peñi Natre (de Nueva Imperial), acompañados de Nelson (Koywe Painemal) y Sara de Txokiñ Mapu. Estuvieron roqueando con guitarras acústica y un cajón. Fue como un unplugged. Se realizó el Taller de máscaras con todos los niños y niñas que quisieron. El trabajo fue hermoso y al parecer, mejor que el de la 3ª Muestra. Olga, por cierto, al frente de esa actividad que viajó desde Concepción para acompañarnos. Después 4 elementos desarrolló un par de obras por medio del teatro de papel… La temperatura ambiental era un poco menos que en la jornada anterior; pero, había que mojarse a menudo.

Los peñi de Meli Kvrvf dejaron los instrumentos y se fueron a ayudar al sector de Hueychahue, Zuñil y Arena Blanca, porque el fuego se reinició espontáneamente, a mediados de esa tarde. Veíamos el humo espeso y aunque el viento nos favorecía de nuevo, sabíamos de quienes estaban siendo afectados y algunos salieron en camioneta, cargando toda el agua que pudieron para los muchos voluntarios y voluntarias que se deshidratan, mientras intentan apagar las llamas, hacer cortafuegos si es posible y mucho más. Es angustiante quedarse a cargo de la Muestra y ver en el teléfono mensajes que dicen “están tratando de salvar la casa de…”, “el fuego se acerca a la escuela de Loma Larga…”, “no pudimos pasar y tuvimos que volvernos a Nueva Imperial, el camino estaba quemándose por ambos costados…”, “traigan agua en botellas y bidones…”, “estamos yendo hacia… para tratar de atajar el fuego…”…

Y hasta ahí quedamos, con la sensación de que todos los objetivos se fueron a la miércale. Agradecidos del apoyo de los que llegaron y también de aquellos que no pudieron participar, porque les avisamos que no lo hicieran o porque se enteraron del problema que no era sólo allá. Sí, porque en la tarde del sábado se quemaba el sector de Cardal (Rulo), un campo junto a Carahue y otros en CholChol. Lamentablemente, allá fallecieron dos peñi mayores y en Cardal un joven bombero de Villarrica fue alcanzado por un “canasto” que portaba un helicóptero. Poco más de una semana después, falleció… Y, como ya dije, en la tarde del domingo volvió lo mismo. Había incendios en diferentes partes de la Región…

Queda la sensación de que la seguridad es un tema que necesita ser socializado, porque algunos incendios se iniciaron por negligencia humana. Creemos que se hace necesario conversar el tema y denunciar si hay información concreta, porque se pierden años de esfuerzo, debido a la irresponsabilidad imposible de entender de algunas personas… Por otro lado, sabemos que también las compañías eléctricas han sido responsables de otros casos, al no realizar la mantención del cableado en zonas boscosas, por ejemplo… Lo de las forestales, es otro asunto que igualmente algunos sectores relacionan con la ocurrencia de los incendios… Necesitamos más información y hacernos cargo de lo que nos corresponda.

Quizás la Coordinación que se gestó hace poco en Nueva Imperial y de la que aún no somos parte, para fortalecer la realización de 4 festivales en suelo mapuche, pudiera hacerse cargo de este y otros temas, porque nos afecta en mucho y a todos en mayor o menor grado. Dos semanas después de la Muestra en Saltapura, mientras se desarrollaba el Festival Rapa Makewe, los peñi de Koywe Pinemal se vieron obligados a abandonar su stand (que por primera vez asumían allí), cuando recién se iniciaba la tarde, porque su sector estaba siendo afectado por un incendio del mismo tipo. Después me enteré de que afortunadamente salvaron sus casas; pero, las pérdidas son significativas.
Nosotros, esta vez no nos quemamos, como sí nos ocurrió en feb de 2015; pero, en la Muestra tuvimos no sólo pérdidas materiales… Los participantes enmudecieron – mayoritariamente –, quedamos choqueados… y hay que levantarse a como dé lugar, para que la 5ª Muestra sea la revancha que nos merecemos.

Agradecimientos especiales a quienes nos ayudaron de tantos modos. Lamentamos que las cosas no hayan resultado; pero, gracias siempre a todos y todas.

jueves, 29 de marzo de 2018

IMÁGENES DE SALTAPURA


Imagen: Atardecer
Fotografía: Erwin Quintupill
Saltapura, enero 2017


Imagen: Koyam quemado
Fotografía: Erwin Quintupill
Saltapura, enero 2017


Imagen: Copiwe
Fotografía: Erwin Quintupill
Saltapura, marzo 2017


Imagen: Malaltun (Mingako de cerco)
Fotografía: Erwin Quintupill
Saltapura, octubre 2017


Imagen: Mariposa nocturna
Fotografía: Erwin Quintupill
Saltapura, febrero 2017

miércoles, 7 de marzo de 2018

ACERCA DE MIS PADRES


Imagen: Mi ñarki wenvy AKUCA
Fotografía: Erwin Quintupill (enero, 2017)

El día en que nací, mi padre biológico no estuvo a mi lado, ni se interesó por saber de mí. Fui un niño abandonado por su progenitor[1]. Mi madre biológica (no mapuche) se las arregló para criarme, de un modo semejante – supongo – a como lo han hecho/hacen miles de mujeres; pero, en algún momento la situación se le complicó y salió en busca de ayuda o mejor dicho de alguien que siguiera conmigo, sustituyéndola. La conozco y nunca me comentó la causa que la llevó a aquello; probablemente, no le aceptaron trabajar conmigo. Ella toda su vida fue empleada doméstica. La cuestión es que un día del verano del 60 llegó hasta Saltapura, en busca de mi abuela paterna, para pedirle que se hiciera cargo de mí[2]. (Al parecer, el progenitor aún no se daba por enterado). Mi abuela no quiso quedarse conmigo. Yo estaba afectado – al parecer – de sarna, porque cuenta la tía Zoila que solía llevarme (mi madre biológica) a la quinta, para echarme jugo de siete venas en los granos.

En ese contexto hicieron su aparición Juan Bautista Raguileo Lincopil y Carmela Ñancupil Lienleo. Ellos eran un matrimonio que – a ese entonces – tenían siete hijos e hijas. La menor de todos tenía ya más de cinco años… y decidieron tener un hijo más. Fueron hasta donde se estaba quedando mi madre biológica y se ofrecieron – generosamente – para hacerse cargo de mi crianza, por el tiempo que quisiera. Por eso se transformaron en mis padres.

Más o menos en ese tiempo, mi padre biológico apareció para reconocerme legalmente como su hijo. Era un hombre joven por entonces, de unos 25 años aproximadamente. Sin embargo, él contrajo matrimonio con otra persona y me veía sólo en los veranos – por unas horas – cuando se aparecía en plan de vacaciones. En esas ocasiones solía traer algunas cositas para el niño: un par de cortes de género, que mi mamá transformaba en calzoncillos y camisas, y algunos juguetes[3].

Mi madre biológica tuvo algún contacto conmigo, por medio del correo. Alguna vez me envió un par de libros: eran novelas de aventuras. También me hizo llegar un silabario, el del ojo. Recuerdo como algo excepcional una torta o algo parecido y desconozco como llegó hasta nuestra casa en Saltapura; pero, tengo la impresión de que fue un regalo de ella. Más no recuerdo; pues, nunca volvió…

Para mí, ambos padres biológicos fueron desconocidos durante mis primeros años. Cuando me enteré de sus existencias, asumí que eran mis padrinos. Mientras tanto, mis padres me criaban como a un niño mapuche: se preocupaban de mi alimentación, de mis ropas, de asearme y de darme mucho afecto. Yo, definitivamente, era el regalón. No recuerdo que me hayan golpeado o de que me hayan castigado ejerciendo violencia física. Me amenazaron con castigarme, sí; en más de una ocasión; pues, debe considerarse que siempre fui de carácter fuerte.

Como parte importante de mi educación me narraban epew y también adivinanzas. Yo pedía que lo hicieran, insistentemente. También les escuchaba hablar en mapuzugun. Siempre estaban hablando y rara vez discutían con vehemencia. Nunca les vi golpearse ni decirse groserías, ni siquiera usaban la palabra “weón”. Según ellos, era feo.

Un día de esos, consideraron que era el momento de enseñarme a escribir y a leer el castellano. Y lo hicieron. Mi hermana Miriam que empezaba a ser adolescente, se sumó con entusiasmo a la tarea. También me enseñaron los números, a sumarlos y a restarlos. Me hablaron de lo bueno del saber. Así entendí que llegar a ser considerado kimce era una meta de cualquier persona que se preciara a sí misma.

Hace 23 años que ya no están. Al día siguiente de haber sepultado a mi papá, mis hermanos se reunieron en el patio de la casa, para tomar algunos acuerdos. Me informaron que él – mi papá – dejaba ordenado que de lo que dejaba como herencia se repartiera entre todos, incluyéndome. Había dicho que si yo deseaba construir un colegio, lo hiciera en donde pensaba hacerlo. Así me enteré de que su afecto de padre iba más allá de todo lo pensado hasta entonces. Yo fui y sigo siendo su hijo, el de Juan y Carmela. Ambos me amaron infinitamente, me hicieron suyo, me dieron una identidad y un sentido de vida. Todo lo que soy se los debo a ellos, pues aunque no pudieron darme apoyo económico para que estudiara, todas mis opciones en el plano social y político están atravesados por el estilo de vida que tuvieron. Cualquier cosa que mis hermanos/as hagan o no hagan, no me los quitará de la cotidianidad. Están en mis sentimientos y pensamientos a diario, en cada logro significativo. Los demás podrán fallarles, incluso olvidarles; menos yo.



[1] Se llamó Francisco Quintupill Lienleo y falleció en 1982.
[2] Probablemente, su familia o su madre tampoco quiso o pudo hacerse cargo de un crío de año y medio de edad.
[3] Años después me di cuenta que en la fábrica en que él trabajaba acostumbraban hacer una fiesta para los niños en el día de Navidad, y entregaban juguetes como los que él me llevaba hasta Saltapura. Entonces, pensé que quizás no los compraba.